jueves, 30 de diciembre de 2010

Larry & The Movers, "Summer Holiday Time"

En este recién estrenado 2011 aquí estamos de nuevo rindiendo honores a la escueta canción de tres minutos, aquella que se alza por encima del LP completo y sobresale del resto, como una joya entre algodones camuflada entre material fácilmente olvidable, que sin embargo sobrevive a los envistes del tiempo y del olvido. Larry & the Movers publicaron en los años 80 un LP titulado "Best intentions" con clara inclinación hacia el revival sixties, pero trasladado a los sonidos de la nueva ola imperantes en aquella época, que no va más allá de ser un trabajo anecdótico que se quema por completo tras unas cuantas escuchas.

Está claro que Larry & The Movers no fueron la octava maravilla, tan solo unos músicos rindiendo homenaje a los añorados Beatles, Beach Boys o Kinks, a base de versiones y temas originales que quedan lejos de alcanzar lo sublime. Pero como pasa en ocasiones, ¿Quién no ha encontrado un objeto preciado entre la basura, un destartalado Bar lleno de encanto, o quizás alguna joya en el rastro de los domingos? De forma parecida es cuando un tema como "Summer Holiday Time" se desmarca de lo mediocre. Un irresistible puzzle hecho de piezas de Pop pluscuamperfecto: armonías vocales esplendorosas, ritmo dinámico y unas maravillosas guitarras que nos llevan de la mano con los primeros Beatles. Un regalo intemporal cuya tópica letra remite al disfrute, la pasión, a enamorarse, a encender el fuego de la vida, y en definitiva, intentar disfrutar de cada nuevo día; aunque es en la música y en el ritmo donde la canción cobra todo su sentido, y es entonces cuando de nuevo vuelve a suceder, la magia del Rock and Roll se activa pletórica en toda su pureza, y durante tres minutos un dulce optimismo inunda los sentidos, y te sientes bien, y por unos instantes alcanzas lo inalcanzable logrando apartar esos problemas cotidianos mientras suenan sencillos acordes de eternidad.

Os deseo a todos un próspero año 2011, que se cumplan todos vuestros deseos, y que la música siga sonando alta y clara mientras la banda toca canciones tan preciosas como "Summer Holiday Time".

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sonic's Rendezvous Band

La Sonic's Rendezvous Band nació en Ann Arbor, Michigan, a mediados de los 70 como si de las cenizas del Ave Fénix se tratara. Retrocediendo unos años, a finales de los 60 y principios de los 70, ahí estaban los Stooges escupiendo veneno como nunca antes se había oído, los MC5 arrojando certeros proyectiles sónicos, y The Rationals mostrando su interesante fusión de música "garage" y Soul.

En 1975 se desintegra la irrepetible unidad de Stooges en favor de un Iggy Pop con clara vocación de estrella. Los MC5 se convierten en una parodia de si mismos, y el cansancio sustituye a la excitante energía y revolución sónica del pasado. En cuanto a los Rationals, su vibrante garage-soul poco a poco se difumina ante el escaso interés, a pesar de una solvencia más que probada.

Corrían malos tiempos para el Rock and Roll de Detroit, pero Fred Smith (ex MC5), Scott Morgan (ex Rationals), Scott Asheton (ex Stooges), junto con Gary Ramussen (ex Up's), no arrojan la toalla y forman la Sonic's Rendezvous Band, banda definitiva de Rock americano, que no estuvieron en el momento ni lugar correcto, en una época de escaso interés hacia el Rock and Roll de espíritu flamígero, en un Detroit cada vez más deprimido por el desempleo y las drogas.

El legado de la Sonic's Rendezvous Band fue escaso, tan solo un single auto financiado con una sola canción en sus versiones mono y stereo. No había dinero para más, y tampoco reciben el mínimo apoyo de una industria cada vez más caduca y focalizada en el dólar. Dicho artefacto contiene "City Slang", cinco explosivos minutos que reflejan a la perfección la vida en Detroit por aquella época; violencia y miseria activados por poderosos riffs de guitarras kamikaces, como solo Fred "Sonic" Smith sabe tocarlas, con Scott Morgan escupiendo exabruptos Soul, mientras Scott Asheton y Gary Ramussen conducen el ritmo en misión suicida. No hay adornos, tan solo un sufrido piano que es aporreado sin piedad, y los increíbles solos de la guitarra de Fred Smith repletos de rabia y dolor.

Con el paso de los años se les ha reivindicado, y es probable que de surgir en otro momento, hubieran corrido mejor suerte, o quizás no, quién sabe. En un mundo perfecto serían estrellas, pero eran demasiado ariscos y taciturnos, y además carecían del carisma de sus bandas predecesoras. En los últimos tiempos se ha publicado abundante material inédito (alguno de pobre sonido), y uno se pregunta hacia donde hubieran conducido su música de no haberse separado en 1980; pero es demasiado tarde, con Fred Smith muerto desde 1994 nunca lo sabremos. Solo nos queda su escaso legado y lo que poco a poco va apareciendo de sus archivos inéditos.

La majestuosa "City Slang" en su versión monofónica

sábado, 11 de diciembre de 2010

The Everly Brothers

Los Everly Brothers quizás no hayan trascendido tanto como otros de sus contemporáneos de los 50, al fin y al cabo Don y Phil han sido unos corredores de fondo, siguen vivos y han tenido que sortear los baches de la vida y de la fama (drogas, crisis nerviosas, etc), defender trabajos irregulares que no siempre estaban a su altura, superar largos años sin hablarse, o afrontar el rechazo de la industria discográfica, la misma que les encumbró en sus días de gloria.

Como se ha dicho arriba, afortunadamente Phil y Don siguen vivos, con más de 70 años por fin pueden echar la vista atrás y ver lo que han construido. Probablemente sin los Everly Brothers el Rock and Roll no sería lo mismo. Sin ellos Beatles, Beach Boys, Nick Lowe, Dion and the Belmonts, Simon y Garfunkel e incluso nuestro Duo Dinámico, quizás no hubieran existido, o al menos serían diferentes. Sin ellos en Inglaterra el Skiffle no hubiera evolucionado hacia el Rhythm and Blues y el Pop, y sin ellos al complejo puzzle de la música Popular le faltaría una pieza importante.

Don y Phil, hermanos reales, se criaron en Kentucky, procedentes de una familia de amplia tradición musical, su estilo se fue forjando poco a poco a base de escuchar a los grupos vocales de los años 30 y 40 (de The Delmore Brothers a Blue Sky Boys), pero también el entonces emergente Rhythm and Blues y la música Country, tan importante desde el principio. Tal es así, que el mítico guitarrista Chet Atkins, que ya había trabajado con prodigios de la talla de Hank Williams, como buen amigo de la familia Everly que era, con sus contactos proporciona a los Everly Brothers una oportunidad discográfica con Columbia primero (donde son rechazados), y luego con Cadence, que no solo les sitúa en el mapa del Rock and Roll de los 50, también les catapulta directos a las mieles del éxito, tan dulces como engañosas.

En 1957 el estilo de los Everly Brothers está firmemente asentado, y se caracteriza por un sonido simple con preciosas armonías vocales que se acoplan a la perfección, con Don encargándose normalmente de las partes más agudas y Phil las graves. Además ambos portan guitarras acústicas, no solo como elemento decorativo, al igual que Elvis en su primera etapa con Sun Records, su rítmico estilo añade dinamismo al sonido del grupo, estilo que ha sido admirado por Keith Richard públicamente.

Entre 1957 y 1965 los Everly Brothers fueron una insuperable máquina de producir éxitos, cambiaron el modo de entender la música Country y Blues, tiñéndola de una exquisita fuerza melódica, pero sin sonar empalagosos ni perder el norte de sus raíces. Incluso se dice que entre 1957-58 cuando salieron en una extensa gira con Buddy Holly, este absorbió su estilo y dio un cambio de orientación a su música.

Los Everly Brothers además se supieron rodear de la gente adecuada. Su benefactor Chet Atkins aparte de tocar en sus grabaciones, les puso en contacto con los mejores músicos del momento, con los editores musicales Acuff-Rose, imprescindibles magnates de la música Country de glorioso pasado, y lo más importante, con unos compositores de excepción. El matrimonio Bryant (Felice y Boundleaux) proporcionaron a los Everlys el mejor material del momento que encajaba en su estilo como una precisa (y preciosa) pieza de ingeniería.

Debutaron en 1957 con "Bye bye love", conocidísima pieza que rechazaron entre otros Elvis Presley, que combina a la perfección el poderoso ritmo de Bo Diddley con sus imperecederos juegos de voces. En la otra cara del single, "I wonder if i care as much", compuesta por Don Everly, empieza con un efectivo chasquido de dedos, continúa más pausada y compleja, pero las voces siguen sonando a gloria. "Wake up little Susie" es otro conocido tema, oído en anuncios publicitarios y películas hasta la saciedad, pero no por ello deja de ser irresistible. Se lanza a las listas de éxito con un dinámico ritmo impulsado por las saltarinas guitarras acústicas de la casa, y con una "inocente" letra llena de bilis y mala leche. "Maybe tomorrow", en la cara B, es otra composición propia, cargada de nostalgia e intachable belleza.

En 1958 debutan con "Should we tell him" firmada por los propios Everlys, un tema de Rockabilly tiznado de música Pop donde la guitarra de Chet Atkins dibuja artísticos garabatos sobre un lienzo lleno de ritmo. "This little girl of mine", en la otra cara, es un viejo tema de su admirado Ray Charles que lo dulcifican con total respeto hacia el maestro y lo llevan a su terreno. Suena "All i have to do is dream" y hay poco que decir: películas, campañas publicitarias, mercadotecnia... y aún así sigue conservando toda la belleza. En este 1958 el mismísimo Roy Orbison les cede "Claudette" que la hacen suya con sus ricas melodías y dinámicas guitarras acústicas características, al igual que "Bird dog", otra terapéutica píldora de Rock and Roll que calma las penas y ensancha el espíritu. "Devoted to you" es una desnuda y sencilla pieza que pone los sentimientos a flor de piel con esas voces cobrando total protagonismo. Mucho más enérgica es "Problems", todo un adelanto al sonido de "garage" que vendría después, pero más depurada y con clara vocación de himno Pop.

Pasamos a 1959 y los Everly Brothers no bajan el listón lo más mínimo. Debutan con el single "Poor Jenny" y "Take a message to Mary", toda una pareja de ases que llega a lo más alto. Ambas composiciones son de los Bryant, la primera ("Poor Jenny") arranca veloz y rítmica con Phil y Don fundiéndose en uno solo. "Take a message to Mary" cuenta una desgarradora historia llena de delicadeza, que pulveriza todos los sonidos del Mersey Beat juntos, convirtiendo esta pieza en favorito personal. "('Til) I kissed you", escrita por Don Everly, es una de esas golosinas que entra directa al "club de la inmortalidad" gracias a unos efectivos y sencillos arreglos de guitarra y batería, con un estribillo que actúa como un gancho irresistible. "Oh, what a feeling" de Phil Everly alcanza cotas de emoción insuperables, y aunque muchas veces se han escrito canciones de amor, los Everlys son de los pocos en condensar de forma certera el sentimiento en tan solo dos minutos.

1960 supone estreno de década, pero también el último año de estancia de los Everlys en el sello Cadence. Imagino que el cambio se vería motivado por cuestiones económicas, y no por un bache creativo. "Since you broke my heart" muestra otra vez las excelencias del grupo, mucho más eléctricos con las guitarras, y muestra su cada vez más creciente talento compositivo, talento que se desborda con "When will i be loved" de Phil Everly, ¿Su mejor canción?, difícil elección ante tanto oasis de grandeza, ¿El mejor riff de la historia del Rock and Roll? No lo dudes.

Los Everly Brothers continúan su reinado por Warner Brothers, su nueva discográfica, hasta la eclosión de los Beatles a mediados de los 60, que paradójicamente, aunque los nuevos sonidos beben de las ricas aguas del cancionero de los Everlys, suponen una herida mortal para ellos y otros grupos y solistas de caras bonitas, donde habitualmente son encasillados. Nada más lejos de la realidad, eran mucho más que eso. Los Everly Brothers eran el Pop en su faceta más vibrante, emocional, brillante y generosa. Hay pruebas concluyentes en cualquier disco de su etapa con Cadence Records.

"When will i be loved", o lo que es igual, la belleza de la música.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Chargers Street Gang


La primera vez que oí hablar, o mejor dicho, leí sobre The Chargers Street Gang fue gracias a una revista, un "Ruta 66" del año 2003, donde venía una apasionada reseña de "Through the Windshield" (segundo trabajo de la banda) a cargo de Jaime Gonzalo. En ese disco los Chargers descubrían sus cartas de Punk huracanado y perturbadora distorsión, con una convicción que transmitía honestidad por los cuatro costados, sin disimular la enorme influencia de su productor e ideólogo Tim Kerr.

Tim Kerr se puede decir que fue un visionario de la música Punk. Activo desde la eclosión del Hardcore a finales de los 70, siempre se adelantó a su tiempo, pero la combinación de Blues, Funk y Jazz, con el Punk más bestial, no fue bien recibida, e hizo que fuera defenestrado por algunos de sus compañeros de viaje por su supuesta falta de "autenticidad" hacia el movimiento Hardcore. Pero al final el tiempo le dio la razón, pruebas concluyentes lo confirman: The Big Boys, Poison 13, The Monkeywrench (con la artillería pesada de mis queridos Mudhoney) o Lord High Fixers son solamente algunos ejemplos. Kerr, enciclopedia viviente, músico, escritor, pintor y productor discográfico, del que se han hecho varias tesis doctorales, no ha parado de hacer cosas, y en cada uno de sus proyectos, por "pequeño" que sea, se vacía, simplemente se involucra al 100%.

La lista de producciones de Tim Kerr da vértigo, se cuentan por decenas. Desde sus estudios Sweatbox en Austin, Texas, ha parido obras maestras de Fireballs of Freedom, Insomniacs, Makers, Money Suzuki, Cynics, Riverboat Gamblers, y por supuesto, nuestros protagonistas Chargers Street Gang; todos ellos bajo el común denominador de la música de alta energía, el refugio de los grasientos garajes, la apasionada y sudorosa música negra con la "Young Lions Conspirancy" sobrevolando sus cabezas, donde no hay etiquetas, solo cuenta la música pasional, directa al alma, sin aditivos ni conservantes. No hay límites ni fronteras, solo tienes que sentir la música para pertenecer a tan distinguida sociedad.

Volviendo a los Chargers Street Gang, la banda nació en el año 2000 en Cleveland, Ohio. Un grupo de chavales de apenas 20 años deciden unir fuerzas para tocar música visceral y sincera, siempre al límite, con la tensa cuerda apunto de romperse, una bofetada a las maneras asépticas de lo convencional, les amas o les odias, no hay más vuelta de hoja. El enérgico Rock de Detroit es su tarjeta de presentación como bien lo prueba su primer single ("Fun housing"), pero también cogen elementos de diversas fuentes (Television, Sonic Youth, la generación Beat o John Coltrane), sin olvidarse de su Cleveland natal y su excelente cosecha (Rocket from the Tombs, Pere Ubu, Pagans, Dead Boys...).

Su primer atentado sónico lo perpetran en el 2001. Se llama "Holy the Bop Apocalypse" y entran en contacto directo con Tim Kerr, que además de producir el LP, se crea un vínculo de empatía entre productor y grupo que se refleja en el resultado final. Existe una retroalimentación mutua donde los Chargers se empapan de la sabiduría y experiencia del maestro, y Kerr de la juventud y espontaneidad de la banda. De principio a fin es un pelotazo de adrenalina, un grito desesperado a Gerry Roslie de los Sonics, una invocación a todos los "asesinos" en masa del Rhythm and Blues, una inyección letal a la ingravidez y al aburrimiento. El Rock and Roll en su forma más revolucionaria y vital, con los amplis al rojo vivo, y esos saxos empapados de sabiduría "Hard Bop" que te retuercen las entrañas. "Raised on Richards" escupe metralla en liturgia hacia la música Soul, "Tom Waits for no-one" homenajea al genio Californiano sin bajar la cabeza, "Source awards" regurgita furia Stooge. "Shitty song" es la banda sonora del momento, "Canción de mierda" para un mundo de mierda donde siempre pagan los mismos. "Amazing disgrace" es el único medio tiempo, que apunta hacia Dylan, pero no queda exento del veneno suficiente para convertir esta obra en algo casi conceptual. Personalmente creo que con sus virtudes y defectos es un trabajo insuperable.

En el 2003 los Chargers lanzan su segundo (y último hasta la fecha) asalto discográfico. "Through the Windshield" es el título de la criatura. Si con "Holy the Bop Apocalypse", su anterior disco, pusieron el listón muy alto, este segundo no desmerece. Quizás no sea tan inmediato como el anterior, ni tenga los puñetazos de éste directos al estómago, pero la rabia la mantienen intacta, al igual que el espíritu de unión y pasión por la música sin retocar y en estado puro. Las primeras escuchas se hacen ásperas y difíciles, pero si se le da varias oportunidades con los oídos bien abiertos, "Through the Windshield" se abre como un fascinante universo repleto de encabritadas melodías, lejos de los clasicismos Pop, pero melodías al fin y al cabo. Al igual que el anterior trabajo, repite en la producción el genial Tim Kerr, con todo lo que supone, en cuanto a sonido y fuente de inspiración. Es en definitiva, un trabajo demasiado honesto, crudo y real que va más allá de la simple proyección comercial. Poco importa este aspecto cuando se está ante semejante material. "Green room", "(not talkin' 'bout) freedom", "2 east", "so i left", "trying hard to be heavy" o "Kruezberg" (donde se aproximan a los primeros Cure), por citar solo unos ejemplos, son deliciosos sarpullidos que mantienen su vigencia 7 años después.

Llegamos a la actualidad, y poco se sabe de los Chargers. Como se suele decir, "lo intenso debe sobrevivir", y esperemos que algún día nos entreguen otra ración de música certera e impepinable, pero sobre todo sincera hasta la médula, cosa muy poco frecuente en estos tiempos que corren.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Johnny Thunders

Johnny Genzale nació en 1952 en Florida, aunque se crió en Queens, Nueva York. De niño se pasaba el día jugando al baseball, al mismo tiempo que desde la habitación de su hermana mayor se filtraban viejas canciones de Dion, Shangri-Las, Crystals o Angels. En el colegio le dicen que si quería seguir en el equipo debía cortarse el pelo, y así fue como el joven Johnny cambió el bate de baseball por su primera guitarra.

Johnny Genzale era un auténtico entusiasta del Rock and Roll, acudía a cuantos conciertos podía, y una vez finalizados, se aposentaba en la puerta para conocer a sus admiradas estrellas: Rod Stewart, Janis Joplin, MC5 o Keith Richards fueron algunos de sus objetivos. Pero quizás uno de sus momentos clave fue en 1969, cuando viajó a Inglaterra por primera vez, y presenció un concierto de T. Rex con un electrizante Marc Bolan al frente, cuyo estilo a la guitarra, directo y expresivo, marcaría al joven Johnny.

De regreso a Nueva York, Johnny Genzale tiene claro su deseo de montar una banda, y rápido llama la atención de Syl Silvain y Billy Murcia gracias a su peculiar imagen, una mezcla entre Keith Richard y Ronnie Spector. Poco después se unen al proyecto Arthur Kane y David Johansen y en 1971 se consolida el núcleo de los New York Dolls. Todo un ataque frontal a las buenas maneras a ritmo de atronador Rock and Roll, donde dejan muy claro que también los novatos tienen su lugar, una enseñanza que aprendería muy bien la futura generación Punk.

Rápidamente los New York Dolls se extienden como una enfermedad venérea, ofreciendo caóticos conciertos, tan memorables como desastrosos, dependiendo del grado de ebriedad de la banda. Salvo excepciones (Nick Kent) son defenestrados por la prensa musical, pero a pesar de todo tienen una aceptable acogida popular. En una época de pérdida de lo inmediato, los Dolls añadieron la magia que faltaba a la escena musical del momento.

En 1972 los Dolls viajan a Inglaterra para dar unos conciertos junto a los Faces, pero ocurre la tragedia, el fatal binomio alcohol-pastillas acaba con la vida del batería Billy Murcia, y a partir de ese momento empieza el holocausto emocional de Johnny Genzale (desde ahora Johnny Thunders), el año cero en su calendario de sufrimiento particular, y el inicio de una carrera hacia la autodestrucción. A pesar de todo, los Dolls se recuperan y encuentran en Jerry Nolan el perfecto sustituto de Murcia. Nolan era mayor que el resto y tenía más bagaje musical. Batería definitivo de Rock and Roll, Jerry Nolan se convertiría a la larga en uno de los mejores amigos de Johnny Thunders.

Entre 1972 y 1975 los New York Dolls aparte de ofrecer un montón de actuaciones, grabaron un par de discos tan rompedores como lo era el propio grupo, aunque ellos mismos renegaron del sonido. En los últimos años del grupo, Malcolm McLaren (futuro manager de Sex Pistols) tomó las riendas del grupo, y trata de convertirles en marionetas tele-dirigidas hacia la mercadotecnia. Ante esto Johnny Thunders y Jerry Nolan, ya por entonces junkies irredentos e inseparables, se quitan la caspa de encima y continúan su errático camino musical.

En 1975 Richard Hell, Thunders y Nolan forman The Heartbreakers, pero al poco tiempo Hell abandona para crear The Voidoids, otro pilar fundamental del punk neoyorkino. Con la entrada de Billy Rath y Walter Lure, los Heartbreakers se consolidan como un proyecto más democrático donde todos componen. Musicalmente son una sólida máquina de intenso Rock and Roll, que prenden fuego a Gene Vincent, Eddie Cochran, Chuck Berry o Bo Diddley con las chispas que desprenden sus imponentes amplificadores. Escoria para muchos, héroes para otros, la fama de junkies que les precede (que la prensa no duda en propagar) les cierra las puertas a posibles oportunidades discográficas, pero les importa muy poco, son jóvenes y viven el Rock and Roll con total convicción.

The Heartbreakers viajan a Inglaterra donde son recibidos con veneración, aunque su estancia está plagada de despropósitos. Participan en el "Anarchy in the UK tour" con Sex Pistols, pero la mitad de conciertos son cancelados por el escándalo de "God save the Queen", que arroja improperios contra la reina de Inglaterra. Son fichados por Track Records, el mismo sello de los Who, pero intentan estafarles. Mientras tanto los roces internos y la heroína mina la estabilidad del grupo, y para colmo son expulsados del país por problemas de visado. A pesar de los inconvenientes graban un impresionante LP, de esos que uno se llevaría bajo el brazo a cualquier lugar. "L.A.M.F" es un poderoso tratado de los tres acordes, donde la guitarra de Thunders quema y escuece, y sobre todo acompaña a unas canciones de impecable factura que recuperaban la inocencia del Rock and Roll. La versión original de "L.A.M.F" adolece de un raquítico sonido, pero en 1984 el propio Thunders lo remezclaría haciendo justicia a este imprescindible trabajo.

Los Heartbreakers tuvieron una vida breve, pero los lazos de unión no se cortarían prácticamente hasta la muerte de Thunders. Se juntaron en numerosas ocasiones para dar conciertos, e incluso cada uno de sus miembros por separado participarían ocasionalmente en los proyectos en solitario de Johnny, a excepción del guitarrista Walter Lure, que tenía que atender sus obligaciones en Wall Street como "broker" en bolsa. Genio y figura.

En 1978 Johnny Thunders vuelve a Inglaterra y forma un grupo con el premonitorio nombre de The Living Dead, una super banda con miembros de Sex Pistols, Only Ones y Hot Rods en sus filas. Después de engrasar a base de conciertos, Thunders y compañía se juntan en el estudio y graban su primer trabajo en solitario: el impecable "So alone", mucho más personal que lo anteriormente grabado, con exquisitos medios tiempos, pero sin olvidarse del Surf, Rhythm and Blues y las Girls Group's. A pesar de las caóticas sesiones, el resultado es uno de sus trabajos más sólidos de su carrera, claro que rodeado de talentos como Steve Marriott, Peter Perrett o Phyl Lynott, la cosa no podía fallar.

"So Alone" es editado por las poderosas Warner y Sire records y tiene una buena acogida entre el público, pero el fantasma de la adicción de Johnny le hace incumplir contratos y fechas, y ya se sabe que unos cuantos desplantes significan una cruz en la casilla de la desconfianza de promotores y discográficas, y eso significa sobrevivir a base de tocar en cualquier antro de mala muerte. En esta misma época, concretamente 1979, Johnny forma un nuevo grupo con su admirado Wayne Kramer (ex guitarrista de MC5), teóricamente una alianza perfecta, pero finalmente el proyecto acaba en alguna grabación pirata y poco más. Otra vez la heroína sobrevolando por sus cabezas.

Los 80 fueron años duros para Johnny Thunders, ofrece cientos de conciertos por todo el mundo, aunque muchas veces salga enfermo a tocar. Países como Francia, Suecia, Inglaterra e incluso España, le reciben con los brazos abiertos, pero especialmente en Japón es donde mejor público tiene, toca ante audiencias de miles de personas, e incluso la prensa aparca su leyenda de junkie para fijarse más en su faceta artística.

En 1983 graba "Hurt me", una pequeña maravilla acústica, compuesto por viejos temas propios y ajenos, donde Thunders armado solo con una guitarra se desnuda ante su público, dotando a las canciones de una desgarradora belleza sin necesidad de subir el volumen del amplificador. Una obra que sigue conservando una espectral cohesión de tristeza donde el animal se lame sus heridas.

Dos años después, en el 85, Thunders tiene nuevos temas preparados, y graba en los estudios Olympic de Londres lo que será su siguiente disco, "Que Sera, Sera". Quizás su trabajo más accesible, pero no por ello de menor calidad. Johnny siempre se consideró un "entertainer", cuyo objetivo principal era divertir a su audiencia, y "Que Sera, Sera" es un fiel reflejo, que no duda en abrirse a otros estilos musicales como el Reggae. La lista de invitados como siempre es impresionante: gente de Hanoi Rocks y Damned, John Perry, Stiv Bators, Wiko Johnson o su amigo Jerry Nolan.

En 1987 Thunders graba su siguiente trabajo, pero esta vez no lo hace solo, le acompaña su vieja amiga Patty Palladin que conoce desde los tiempos de los Dolls. No es un disco corriente, está formado íntegramente por versiones de temas ajenos, algo que Johnny siempre quiso hacer y se nota. La interpretaciones son muy buenas, y las voces de Thunders y Palladin se acoplan de una forma absolutamente deliciosa. Una pequeña golosina que acaricia los oídos. La selección de temas es de lo más variada, pero coherente con los gustos de los dos protagonistas. Seeds, Chambers Brothers, Elvis, Natalie Wood, y por supuesto, Shirelles, Shangri-las y Dion, son algunos de los autores versionados.

En los últimos años de vida, Johnny parece ser consciente de su situación. Padre de 3 hijos, junkie perpetuo y una salud que se va apagando poco a poco. ¿Nacido para perder? En mi opinión de fan, y sin ánimo de juzgar a nadie, Johnny fue un dotado compositor, cantante y guitarrista, que convertía una convencional canción de Rock and Roll en algo único, también tenía excelentes dotes interpretativas ("Mona et moi"), y gracias a esos dones, la vida le ofrecía nuevas oportunidades, pero caía para luego levantarse de nuevo, hasta que al final no pudo más. En su último año de vida se le detectó leucemia, pero no quiso ingresar en el hospital y en su lugar se fue a Japón de gira, y con el dinero recaudado quiso cumplir su sueño: viajar a Nueva Orleans y grabar el disco de blues que tanto quería. Efectivamente llegó a Nueva Orleans, pero una noche apareció muerto en su hotel en circunstancias extrañas. Hay varias hipótesis, que si asesinato, que si un camello le cambió ácido por heroína, que si sufrió una sobredosis de metadona... En fin, todo bastante turbio. A pesar de todo, en las últimas demos que grabó mantiene un gran nivel de calidad, temas tan clásicos como sus mejores canciones, con letras llenas de conciencia social, quizás consciente también del negro futuro que le esperaba.

Johnny Genzale murió en 1991, y pocos meses después a su amigo Jerry Nolan, recién rehabilitado de la mala vida, y lleno de ilusiones y nuevos proyectos, se lo llevó una neumonía. Puede que la muerte no sea algo tan malo y en la otra vida Johnny le diga a Nolan antes de un concierto: "como siempre, vamos al 50%".

10 canciones inolvidables de Johnny Thunders:

1) New York Dolls, "Personality Crisis"
2) New York Dolls, "Chatterbox"
3) The Heartbreakers, "Can't keep my eyes on you" (cantada por Jerry Nolan)
4) The Heartbreakers, "Born to lose"
5) Johnny Thunders, "Ask me no questions"
6) Johnny Thunders, "Great big kiss" (Shangri-las)
7) Johnny Thunders, "Sad Vacation" (acústica)
8) Johnny Thunders, "In cold blood"
9) Johnny Thunders, "M.I.A"
10) Johnny Thunders, "Disappointed in you"

jueves, 4 de noviembre de 2010

Barrence Whitfield & The Savages, "Dig yourself"

No es cuestión de indagar sobre las virtudes curativas del Rock and Roll, ni de su significado o actitud. Realmente no hay palabras que lo defina. Solo sentimiento. Unas veces estremece, otras te conmueve, o simplemente saca tu lado más animal. "Dig Yourself" del morrocotudo Barrence Whitfield y sus Savages es un intenso tratado de salvaje Rhythm and Blues, donde en apenas 25 minutos se ventilan 11 clásicos que van directos a la entrepierna en su vertiente más festiva.

El disco data del año 1986, época en que la añeja música negra sin condimentar no era muy popular. Adiós Blues y Soul, bienvenidos al mundo real del Rap y del Hip-Hop. No pasa nada, ahí estaba el bueno de Barrence Whitfield, con sus pulmones de acero, resucitando a los grandes gritadores de los años 50 y 60, siempre con Little Richard por delante, con frenéticas baterías, crujientes saxofones, y una convicción a raudales, que tan pronto tocaban en un bar de mala muerte, como en tú propia boda, todo con tal de hacer pasar un buen rato al personal.

Barrence Whitfield and the Savages no se limitaban a reproducir fielmente un estilo, algunos de sus componentes venían de la escena garagera de Boston (DMZ y Lyres), hecho que añadía contundencia al asunto, pero sin perder la perspectiva del mejor Rhythm and Blues o la profana música Soul. Nada de tristeza, solo juerga y ganas de pasarlo bien, donde los aburridos solos de guitarra son sustituidos por tórridos saxofones; y con una ración de temas como "Hug me squeeze me", "Juicy fruit" o "Frieda Frieda", para empezar una gris jornada, ni el tipo más cenizo sobre la tierra te podrá arrebatar la diversión.

Barrence Whitfield quizás tenga discos con más sustancia, como pueda serlo el colosal "Let's lose it", pero este "Dig yourself" hace saltar los plomos del corazón en un cortocircuito lleno de apasionado y directo Rock and Roll. Mientras sigan existiendo tipos como Barrence Whitfield esta música gozará de buena salud. Créetelo.

Así se las gastaban Barrence Whitfield en 1985, navegando entre las aguas de Don Covay, Little Richard y Smiley Lewis

viernes, 29 de octubre de 2010

Jimmy Silva & The Goats, "Heidi"

Jimmy Silva es uno de esos maestros con el don innato de crear canciones perfectas, de esas que arañan el corazón con dulces ráfagas de Pop, como unos Byrds o Beau Brummels explotando a mediados de los 60 con el Folk-Rock en auge, o contemporáneos suyos como los REM cuando deslumbraban con sus primeros singles a las emisoras independientes.

Scott McCaughey (Young Fresh Fellows, Minus 5, Baseball Project...), otro héroe de la Joya de la Corona del Rock and Roll, con una extensa carrera no suficientemente valorada, siempre ha reivindicado las excelencias de Jimmy Silva a los cuatro vientos. No obstante Scott ha colaborado en algunos de sus discos, e incluso han compuesto canciones a medias.

Siguiendo la sagrada palabra de Scott, hace unos años me hice con un CD de Jimmy Silva que recopilaba dos discos, Heidi y Remnants of the empty set (de 1991 y 1986 respectivamente). Poco importa que se hiciera acompañar por una lustrosa banda llamada The Goats, o que figuraran invitados de relumbrón como gente de Beau Brummels, Poises, Smithereens o el antes citado Scott McCaughey. Entre guitarras acústicas y eléctricas, y preciosos juegos de voces, la solución se desvela, el enigma de la maravillosa canción POP se descubre, y no hace falta ser los Byrds, Big Star o Badfinger para estar entre los grandes, y menos aún ser reconocido por una mayoría que a menudo se deja llevar por la masa y no por su corazón.

Entre ambos discos hay cinco años de diferencia, pero pocos cambios sustanciales. Jimmy Silva fue un auténtico autor y creador, y más importante aún, poseedor de un sello propio caracterizado por un profundo amor hacia las melodías sin adulterar; buena prueba son estas 23 canciones que fluctúan entre diversos estilos (Folk-Rock, Beat, pinceladas de Garage, música irlandesa...), pero siempre adornadas por un Pop exquisito repleto de estribillos imperecederos.

Jimmy Silva nació en California en el año 1952. Tras vivir en primera persona los infiernos de la guerra de Vienam, en los primeros 70 tocó por la costa oeste, pero no fue hasta la década siguiente cuando fue descubierto por un público fiel, asentado en el noroeste del pacífico, amante de las buenas melodías, con un concepto amplio y abierto del Rock and Roll. Jimmy Silva pronto pasó a formar parte de la familia de Popllama junto a Young Fresh Fellows, Poises o Walkabouts, grabando algunos discos en los Egg Studios de Conrad Uno en Seattle. En 1994 Silva murió repentinamente por una varicela privándonos de su talento y sus canciones. Tenía solo 42 años y mucho camino por andar.

"City of Sisterly Love", clásico fulminante



"I've got time", siempre hacia adelante

domingo, 24 de octubre de 2010

The Adverts, "Gary Gilmore's Eyes"

En 1977 en Inglaterra con la mecha del Punk prendida, un grupo de chavales de apenas 20 años que se hacían llamar The Adverts, grabarían la tremenda "Gary Gilmore's Eyes" con escasos recursos técnicos pero mucha actitud y descaro, donde entre riff y riff recuperaban las melodías de los 60 más corrosivas sin filtro alguno, y al mismo tiempo elaboraron un tema que respiraba inmediatez y una aplastante vocación de himno.

Mientras los Sex Pistols cantaban a la anarquía o The Clash a la brutalidad policial, la banda de T.V. Smith rendía homenaje velado a los ojos de Gary Gilmore, personaje nacido bajo la mala estrella: rebelde, peligroso, violento y fanático de Johnny Cash, que tras pasar media vida entre rejas, a los 35 años por fin, acusado de dos homicidios a sangre fría, jamás volvería a ver la luz de la libertad, y Gilmore asumiendo su culpa, reclamó su derecho a ser ejecutado dignamente, y donar sus córneas a la ciencia, o al osado que se atreviera al trasplante.

El tema de los Adverts no dejó indiferente a la bien pensante sociedad británica, que escandalizada por la macabra letra, no dudó en situarlo en un digno puesto 18 de las listas de éxitos. A buen seguro un Gary Gilmore con vida esbozaría una escalofriante sonrisa.

I'm lying in a hospital, I'm pinned against the bed
A stethoscope upon my heart, a hand against my head
They're peeling off the bandages, I'm wincing in the light
The nurse is looking anxious and she's quivering with fright.
I'm looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes

The doctors are avoiding me, my vision is confused
I listen to my earphones and I catch the evening news
A murderer's been killed, nd he donates his sight to science
I booked into a private ward, I realise that I
Must be looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes

Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes

I smash the light in anger, push my bed against the door
I close my lids across the eyes I wish to see no more
The eye receives the messages and sends it to the brain
No guarantee the stimuli must be perceived the same
When looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes
Looking through Gary Gilmore's eyes

Gary don't need his eyes to see
Gary and his eyes have parted company



sábado, 2 de octubre de 2010

Dogs, "Differet"

¡Los Dogs eran fantásticos! Desde 1973 hasta el 2002, año de la muerte de Dominique Laboubée, no pararon de hacer giras ni de sacar discos maravillosos. Eran de Francia, pero al carajo con las fronteras, el buen Rock and Roll está en todas partes. ¿Como resistirse a la discografía de estos muchachos? No hay camino posible para no caer rendido.

"Different", su primer trabajo de 1979, sigue sonando de maravilla, una auténtica patada en el culo de energía, vitalidad y primorosa insolencia elaborada a base de una dieta estricta de Flamin' Groovies, Velvet Underground, Byrds o Buddy Holly, sin olvidar al siempre reivindicable Peter Perrett, dandy maldito superviviente a mil pinchazos de hipodérmica. Y como no, aunque en 1979 el Punk era casi historia, en "Different" se aprecia la deuda de Sex Pistols, en su desgarradora crudeza, pero pasada por un tamiz más Rhythm and Blues y Pop.

"Different" siempre será uno de mis discos favoritos, trece canciones perfectas, breves, intensas, que hablan más allá de un sonido o una producción. Nada de modas, ni apariencias, solo tres chavales que aman la música, no hay mensaje ni conclusiones, tan solo ese nervio, esa manera de tocar y cantar, y sobre todo esas canciones, segunda piel de magullado corazón de Rock and Roll.

Suena "A different me", tan próxima al Pop de los 60 como al Punk o al Rock and Roll clásico, y automáticamente se eleva el espíritu. "Words" con esa armónica, desbordante pasión y guiño a la Velvet, la convierten en favorita. Sus raíces Soul y Rhythm and Blues las inmortalizan en las eternas "Fortune teller" y "Nobody but me", pero encuadrándolas en su sonido propio. "I'm real" es otro pelotazo con un gran riff escuela Bo Diddley, propulsado por el Punk más infeccioso. "Stranger than me", delicada y enérgica, les sitúa en la primera liga del Power-Pop y adelanta lo que harían después los maravillosos Barracudas. Y luego se cuela "(I'm gonna learn to) live with it", otra joya más, donde la unión de Buddy Holly y Only Ones no es mera casualidad. Por si fueran pocos clásicos en un solo disco, ahí están "Terminal state" (otra debilidad), "The Greatest gift" o la final, y más relajada, "Sally's eyes". Intachable de principio a fin.

Esta entrada va dedicada a Oscar, porque le gusta el grupo, y sobre todo por ser una fuente de inagotables descubrimientos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Revolution

En 1989 Mudhoney hizo una versión de "Revolution", original del grupo inglés Spacemen 3, con los amplis llenos de "amor", definiendo "amor" como un inquietante muro de guitarras salpicado de Fuzz en directa sintonía con los infiernos sónicos de un "Sister Ray" minimalista, donde un único acorde se sostiene hasta el infinito, creando una dulce atmósfera de maldad tan insana como el psicotrópico más potente.

Mientras que el "Revolution" original de Spacemen 3, es oscuro, distante y frío, salpicado además de alguna connotación política, la versión de Mudhoney, con una letra "ligeramente" modificada, mantiene el desencanto del original, pero a diferencia de Spacemen 3, hay un sentido del humor un tanto mórbido y corrosivo, aunque lejano, sentido del humor al fin y al cabo. Dejemos que aúlle Marc Arm:

Estoy harto
Estoy tan enfermo
Cada vez que pierdo mi conexión
Estoy cansado
Tan cansado
De levantarme por la mañana
Por esa larga caminata
Hasta la clínica de metadona
Tiene que haber un camino más fácil

Ahora espera un segundo

Hay fuego
Se aproxima un cambio
En mi cuchara ennegrecida
Te sugiero
Tienes cinco segundos
Sólo cinco segundos
Para ponerte un supositorio de morfina
Todo hasta dentro
Hermanos y hermanas
¿Sabéis de lo que estoy hablando?
Estoy hablando de una
Puta Revolución


Parece ser que al líder de Spacemen 3 (Sonic Boom), está nueva revisión le sentó como un tiro, y estuvo una temporada larga enfadado con los muchachos de Mudhoney, hasta que el poder conciliador de cervezas y tequilas hicieron el resto en una noche de juerga, y a partir de ahí tan amigos. La historia tiene su gracia, aunque tampoco me explico el enfado, puesto que la esencia del original se mantiene en la re adaptación de Mudhoney. Además, el sonido es muy respetuoso. Juzgad vosotros.

Veamos el peligroso tema original de Spacemen 3



Ahora le toca el turno a la bárbara adaptación de Mudhoney

jueves, 16 de septiembre de 2010

The Muscle Shoals Sound

La música Soul, de nuevo hoy en boga, es un universo inagotable de emociones. Siempre hay un grupo, intérprete o canción capaz de tocar la fibra sensible. Con elementos tomados del Gospel, Blues, Country o del primer Rock and Roll, se dice que el Soul tuvo su origen en el Sur de Estados Unidos; delimitaciones geográficas aparte, si es cierto que casi todos los grandes del género proceden del allí: Ray Charles, James Brown, Otis Redding, Sam Cooke, Aretha Franklin o James Carr son solo unos pocos de la inmensa lista.

Durante la época dorada del Soul, desde principios de los 60 hasta mediados de los 70, sus grupos e intérpretes grabaron en estudios legendarios, con sus míticos productores y músicos de sesión. No hay más que escuchar los temas de Stax con Booker T and the MG's, o Hi-Records con su no menos legendaria "banda de la casa". Pero si hay unos estudios que brillaron, y definieron la música Soul, estos fueron unos pequeños locales situados en el estado de Alabama. Los únicos e irrepetibles FAME Studios.

En 1959 en la pequeña localidad de Florence, Alabama, Rick Hall y Billy Sherrill deciden dedicarse profesionalmente a la música, originalmente como intérpretes de música Country. Rick y Billy graban unas demos que llegan a oídos de Tom Stafford, el cual les propone abrir un estudio de grabación, aprovechando un minúsculo local que queda libre junto a la droguería propiedad del padre de Tom. Así nacen los FAME Studios (Florence Alabama Music Enterprises), pero al poco tiempo Rick Hall es expulsado, al parecer debido a su difícil carácter. Como consolación le dejan conservar el nombre de la compañía.

Rick Hall se establece en Muscle Shoals, Alabama y reabre los nuevos FAME Studios en un antiguo almacén de tabaco. Tom Stafford, antiguo socio de Rick Hall, le ofrece grabar un tema de un desconocido Arthur Alexander. "You better move on" es el título; Hall ve un éxito en potencia, y sin pensarlo dos veces reúne a un grupo local llamado The Mark V, luego The Pallbearers, y la grabación se hace realidad. The Pallbearers, desde ahora el grupo de la casa de FAME, está liderado por un fanático del Blues de nombre Dan Penn, imprescindible para el devenir de los estudios, ya sea como músico o compositor.

Rick Hall distribuye el tema "You better move on" por discográficas y emisoras de radio, pero nadie parece estar interesado, hasta que en 1961 Dot Records lo publica. Resultado, la canción es un éxito enorme, e incluso pocos años después unos jóvenes Rolling Stones harían una gran versión. Aprovechando la inyección de capital que supone el éxito de Arthur Alexander, Hall traslada los FAME Studios a Avalon Avenue, un local en mejores condiciones.

En 1962 Jimmy Hughes, presenta un maravilloso blues ("Steal away"), que de nuevo graba con The Pallbearers bajo la producción de Hall, y al igual que con Arthur Alexander, nadie está interesado en editarlo. Antes de que la historia se repita, Hall crea su propio sello discográfico, FAME Records, y lo publica. Con el disco recién sacado del horno, y unos contactos, es más fácil encontrar distribuidor, y Vee Jay Records (imprescindible sello de Rhythm and Blues) hace el resto, y logra que "Steal away" tenga un merecido éxito.

El futuro de FAME es prometedor, dos éxitos de dos no está mal, pero lo mejor está por llegar. Entra en escena Quin Ivy, disjockey y colaborador de Rick Hall. Ivy le propone a Hall la apertura de un nuevo estudio en Muscle Shoals, Norala Sound Studios, cuyo objetivo es atender la demanda no satisfecha por FAME. El primer cliente de Norala es Percy Sledge, que trae bajo el brazo una clásico fulminante, ni más ni menos que la universalmente conocida "When a man loves a woman", que edita Atlantic Records y llega a lo más alto de las listas en 1966, y más importante aún, sería el principio de la fructífera colaboración con Atlantic.

En esta época, algunos de los artistas de Soul de Atlantic graban en los estudios de Stax en Memphis, pero tras la puñalada trapera de Atlantic a Stax, por la cual, tras un dudoso contrato de distribución, Stax pierde todos los derechos sobre sus propios artistas, hace que lógicamente Stax corte de raíz su relación con Jerry Wexler y Atlantic. Por suerte para Atlantic, la herida no es tan profunda, puesto que encuentran en los estudios de Muscle Shoals un sustituto tan bueno como Stax. Entre los músicos de Atlantic que pasan por FAME y Norala están Wilson Pickett ("Mustang Sally"), la genial Aretha Franklin ("I never loved a man (the way i love you)") con una única pero inolvidable sesión de grabación. Graban también, el protegido de Otis Redding, Arthur Conley ("Sweet soul music"), Clarence Carter ("Slip away") o R. B. Greaves ("Take a letter Maria"), por citar unos pocos.

Mientras que el éxito de FAME crece, al mismo tiempo su columna vertebral se viene abajo. Es decir, Rick Hall está haciendo una fortuna, pero no así sus músicos. Como consecuencia, los "swampers" abandonan el barco y se establecen por su cuenta. Rick Hall, fiel a la máxima "nadie es imprescindible", reúne a otros músicos que con el tiempo constituirán, sino la mejor sección rítmica de Muscle Shoals, si la más clásica. Jimmy Johnson, Barry Beckett, David Hood y Roger Hawkins, es el nombre del santísimo cuarteto.

Esta nueva formación acompaña a algunos de los artistas de arriba, más otros de la Chess, cuyo capo Leonard Chess, atraído por el gran éxito de Atlantic, manda a Alabama a la inconmensurable Etta James ("Tell mama") o Laura Lee ("Up tight, good man"), con excelentes resultados artísticos y comerciales.

A finales de los 60 la segunda reencarnación de Muscle Shoals, al igual que la primera, decide establecerse por su cuenta, y no muy lejos de los FAME Studios, crean los Muscle Shoals Sound Studios. Al principio se les hace duro salir adelante sin Rick Hall, ya que tenía los contactos y el toque mágico para generar éxitos, pero con la antes mencionada "Take a letter Maria" de R. B. Greaves consiguen el éxito que necesitaban, salen hacia adelante y a partir de ahí les viene todo rodado. Encuentran en Atlantic su principal fuente de ingresos, tanto es así que a principios de los 70, cuando Atlantic se traslada de Nueva York a Miami, propone a los chicos de Muscle Shoals mudarse con ellos, pero como buenos sureños, no están dispuestos a dejar atrás su querida Alabama, y dicen "no" a la oferta de Jerry Wexler y Atlantic Records.

Los primeros 70 suponen para Stax un período de salvaje expansión, gracias a la política de marketing de Al Bell, por entonces copropietario de la compañía. Dicha política trae consigo divisiones internas en el seno de Stax, y en lugar de grabar a sus grupos y solistas en sus propios estudios, les mandan grabar fuera, y en concreto los estudios de Muscle Shoals se convierten en favoritos. El legado de Stax Records en esas cuatro pareces es impresionante, Mel & Tim ("Starting all over again") y sobre todo The Staple Singers, han convertido sus grabaciones en auténticos clásicos del género, en una época donde el Soul daba sus últimos coletazos y la música disco ganaba cada vez más terreno.

Finiquitada la era dorada del Soul, los estudios de Muscle Shoals habían adquirido gran reputación, y trabajo nunca les faltó. Rolling Stones, Bob Dylan, Lynyrd Skynyrd o Tony Joe White, son tan solo unos ejemplos de su buen hacer, pero es otra historia, ni mejor ni peor, pero distinta a los pasados días de gloria de la música Soul.

Otis Redding, "You left the water running". Sin comentarios. El más grande.


Clarence Carter, "Making love (at the dark end of the street)". ¿Una de las cimas de la música Soul?

domingo, 12 de septiembre de 2010

Anvil!, The Story of Anvil

Anvil es un documental del año 2008 que trata sobre una banda de Heavy Metal real surgida en los últimos 70, que al contrario que otros compañeros de generación (Anthrax, Metallica o Megadeath), nunca consiguieron el ansiado éxito multitudinario. Tuvieron su momento, pero por extrañas circunstancias el tiempo pasó, y el olvido les absorbió como un mortífero huracán.

Lips y Robbo, cantante-guitarrista y batería respectivamente, son la fuerza motriz de Anvil, y con más de 50 años mantienen la ilusión intacta. Ya no tienen 20 años, pero nada les detiene para seguir intentándolo. A pesar de que en su Canadá natal tienen su vida, sus familias y sus trabajos de mierda, todavía persisten en hacerlo ellos mismos, tocar en pequeños baretos, seguir grabando discos y moverlos por la paupérrima industria discográfica.

Cada secuencia del documental es un paso más hacia el fango, todo parece ir mal. Contactan con una vieja fan que les organiza una gira por Europa, y no puede ir peor: no les pagan, las salas no publicitan sus conciertos, y todo viene de nuevo a recordarles que los buenos tiempos han pasado. Nada de esto les desanima, y siempre con la vista puesta en el presente, deciden grabar su disco número 13 con el mejor productor del género, aunque tengan que pedir prestado a la familia e incluso hipotecar sus viviendas. Consiguen su objetivo y graban el flamante nuevo disco, pero de nuevo las discográficas les vuelve la espalda y nada quieren saber de ellos.

Anvil hace que en seguida empatices con sus protagonistas. Cada uno es como el día y la noche, uno más visceral y el otro más sereno, sus escasos enfrentamientos rápido los olvidan para volver a ser los colegas de siempre, aquellos que desde los 14 años flipaban con Black Sabbath, Motörhead, Kiss o Grand Funk. Son como niños grandes que ni tan siquiera el desgaste del tiempo acabará con sus sueños de Rock and Roll. El documental hace que el espectador se meta en la piel de sus protagonistas. Al final un promotor les consigue una actuación en Japón, donde siempre son bienvenidos, y el grupo fiel a la máxima "todo lo malo puede ocurrir", teme tocar ante una reducida audiencia en un reciento enorme, y el espectador desea de verdad el bien del grupo, que consigan el éxito, y que sus sueños se hagan realidad. Anvil es la historia de un grupo más de Heavy Metal, pero realmente es la historia de cada uno de nosotros. Imprescindible.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Shoes, "Black Vinyl Shoes"

Zion, Illinois, probablemente en los 70 no fuera un punto de efervescencia musical, los discos llegaban con cuenta gotas o directamente no llegaban. En este entorno se criaron los chicos de Shoes, pero esta sequía musical no les desanimó a tocar, formar una banda y lanzarse a la carretera de la melodía. Gracias a la radio, como muchos otros adolescentes, un grupo de jovenzuelos, que después serían Shoes (sin The) descubren las bondades musicales de Beatles, Easybeats o Badfinger. Sin casi medios económicos, pero con mucha pasión por la música, se compraron con sus ahorros una grabadora de cuatro pistas, y de forma casera grabaron un puñado de canciones que formarían en 1977 el núcleo de su primer álbum, el asombroso "Black Vinyl Shoes".

Pese a tener una producción un tanto primitiva, y demasiado limpia, este trabajo ha envejecido de forma admirable. Por encima del espíritu amateur del disco, brillan unas canciones iluminadas de coloridos Pop, unas guitarras que se encuentran y se alejan con maestría, deliciosos giros vocales, y quince canciones que en 1977 ayudarían a definir ese invento, con el que a muchos se nos llena la boca, llamado Power-Pop. Quince temas que raras veces superan los 3 minutos, con estribillos perfectos, dignos de alcanzar las mieles del éxito, pero que por razones que se escapan al entendimiento, final y felizmente han quedado en el fondo de armario del Pop más exquisito de los años 70.

En el 2009 el sello de Barcelona Wah Wah Records reeditó este impecable trabajo como se merece: vinilo grueso, excelente presentación y sorpresas varias... y aunque el plano sonido al principio pueda alejarnos de las esenciales canciones, si se le da una oportunidad, la empatía hacia este trabajo crece a cada nueva escucha. "Not me", "Tragedy", "Fatal", "Okay" o "It really hurts" son solo una muestra de grandes canciones que ganan a cada escucha, que por otra parte no destacan sobre el resto de una obra casi perfecta, que habla sobre amores y desamores con la urgencia propia de la alocada adolescencia. En definitiva, "Black Vinyl Shoes" de trata de un buen ejemplo de Rock and Roll puesto al servicio de la melodía y de la canción.

"Boys don't lie" un clásico fulminante

sábado, 31 de julio de 2010

Peter Case, "Wig!"

¿Como se siente uno cuando tiene un pie en el otro mundo? Peter Case lo sabe muy bien. Una operación de cirugía a corazón abierto casi acaba con él, pero por fortuna todo ha salido bien, y como se suele decir, "lo que no te mata te hará más fuerte". Peter Case ha regresado hecho un gallo de pelea con una nueva colección de canciones ásperas, "rockosas", que se clavan en el alma cual arma afilada, quizás el mismo estilete con que le practicaron la cirugía.

Atrás quedan los tiempos de juventud de Nervers y Plimsouls, ambas bandas donde Case formó parte en los 70 y 80 respectivamente. "Wig!" comienza justo donde termina esa maravillosa colaborarción en "Live at Raji's" de Dream Syndicate ("John Coltrane Stereo Blues"), es Blues clásico, unas veces alimentado de pianos con sabor a burdel, saturadas guitarras desprovistas de florituras, o armónicas en estado de ebullición; otras veces las canciones nos trasladan al profundo Sur de los USA, de nuevo Blues, pero en formato más desnudo, acústico e incisivo, deslizándose por el filo de guitarras slide y de 12 cuerdas. Peter Case habla perfectamente el lenguaje del Blues, en un disco honesto que transmite vitalidad e inconformismo, maneja los tópicos del género como si fueran propios, con letras sencillas, directas y efectivas.

"Wig!" se compone de 12 excelentes temas que penetran en el corazón de Rock and Roll, complemento ideal para un largo viaje por el desierto, con la policía muy de cerca pisándote los talones después de una noche de juerga. Comienza con la desgarradora "Banks of the river", perezosa y eléctrica, con la voz de Case a punto de romperse. "Dig what you're puttin' down" es puro Dylan del "Highway 61 revisited". El fantasma de Leadbelly está presente en una impresionante versión ("Thirty days in the workhouse") que se la come a base de elegancia y convicción. "Ain't got no dough" suena festiva, y es una declaración de amor a los USA y Nueva York, aunque el bueno de Case las haya pasado canutas para reunir el dinero necesario para la operación (¡Esto es Hollywood!). "Somebody told the truth" tiene denominación de origen en los pantanos de Loussiana, y va destinada a todos esos vanidosos políticos que no hablan claro. El disco termina con un blues acústico ("House rent party"), lleno de nostalgia y fatiga, pero esperanzador al mismo tiempo, repleto de categoría, la misma que inunda todo el disco.

En directo en el estudio

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