lunes, 17 de septiembre de 2012

J. J. Jackson

A pesar de la tecnología, la abrumadora cantidad de información que circula por internet, los mp3's, youtube y todo lo demás... hay autores ocultos tras un velo de desconocimiento y desinformación, que deberían estar en primera línea de fuego, en las tierras donde se sitúan los más grandes. Teniendo esto en cuenta, trataremos de rendir tributo, en la medida de lo posible, al único e inimitable J.J. Jackson.

 J.J. Jackson nació en Nueva York en 1941. Fue un compositor y arreglista todoterreno que trabajó para Jimmy Whiterspoon (soberbio y versátil cantante de Blues), Jack McDuff (reconocido organista de Jazz), el popular grupo Pop de los 60 The Shangri-las, e incluso cedió un tema suyo a The Pretty Things ("Come see me"), morrocotudo combo de Rhythm and Blues británico de los 60, y favorito personal.

J. J. Jackson era (y es), un dotado intérprete, formado en la iglesia baptista, con referencias en coordenadas semejantes a las de Otis Redding y otros cantantes Soul del sur de USA. A pesar de su bagaje musical, Jackson no debuta hasta 1966, y alentado por su manager se desplaza a Inglaterra. En esta época se crea la etiqueta del Northern Soul, que más que un estilo, es un nombre utilizado para agrupar una serie de singles "raros" de música Soul que se pinchan en los clubs de Inglaterra, destinados a las pistas de baile.

En referencia al "Northern Soul", en el imprescindible libro "Sweet Soul Music", su autor Peter Guralnick sostiene con contundencia, que no hay un Soul nacido en el norte, el auténtico Soul es aquél enraizado en la música Gospel de los estados del Sur (Tennessee, Alabama, Georgia, Mississippi, Carolina...), salido del alma y "contaminado" por el pagano Rhythm and Blues. Es de este Soul del que bebía J.J. Jackson, que independientemente del origen y geografía era uno más, continuador de la tradición, capaz de transmitir un torrente de emociones en sus temas, tan grandes como sus 150 kilos de humanidad.

La discografía de J.J. Jackson es corta y desconocida por igual. Desde Inglaterra, rodeado de los mejores músicos de Blues y Jazz, facturó incandescentes proyectiles de Rock'n'Soul que deberían de figurar entre lo mejor de su época. En 1966 arrancó con "It's alright", un inicio imparable directo a las listas de éxitos, con una contagiosa guitarra que aporta el condimento ideal a la voz hiper-calórica de Jackson. Sería su primer y único "hit" que le arrastraría al panteón sagrado de los "one hit wonders" (artistas de un único éxito); craso error, en esta época cada tema que grababa era como un diamante en bruto, que brillaba como el tesoro más preciado de la música Soul.

Aunque su repertorio era carnal y bailongo, Jackson fue capaz de componer baladas para hincar las rodillas en el suelo de la emoción. "It seem like i've been here before" o "A change is gonna come" son pruebas audibles, esta última un sensible tributo al eterno Sam Cooke, que es a la música Soul lo que Jesucristo a la religión católica. Compuso desenfadados temas para olvidarse de los problemas y bailotear hasta el amanecer ("Courage ain't strength" o "Sho nuff", "That ain't right"), con una sección rítmica y de vientos que no tenían nada que envidiar a la mismísima Stax.

Continuando con el monstruoso repertorio de Jackson, "Four walls" es un medio tiempo que posee un groove lleno de optimismo, donde la telecaster y el órgano campan a sus anchas, mientras los vientos rompen y los coros sacan brillo a la canción. "I don't want to live my life alone", es una celebración, auténtica declaración de principios de ternura y humanidad, que anima a compartir la vida con alguien a quién quieres. "Try me", es mi favorita, un medio tiempo que lo tiene todo, interpretación de Soul pluscuamperfecto con una voz desgarrada y tierna al tiempo, con un Jackson que se vacía en un ejercicio de compartir las emociones más íntimas.

 En definitiva, J.J. Jackson es un talento tan sobresaliente como desconocido, no se sabe si por voluntad propia o por los avatares de la vida, pero lo cierto es que escuchando su tremendo repertorio uno tienen cierto sabor agridulce. Por un lado, a la vista de los resultados, siempre acertó en la diana de la canción Soul perfecta y accesible al mismo tiempo, pero por otro, la sombra de oscuridad que le ocultó desde hace tiempo, le privó de un mayor reconocimiento, y lo peor, de un pleno desarrollo artístico digno de compartir. Investigando por ahí, a finales de los 60, principios de los 70, Jackson publicó algún disco más, que con toda probabilidad seguro que no tienen desperdicio, y en estos momentos daría lo que fuera por escucharlos. Si alguien los tiene que silbe.

"It's alright"

1 comentario:

  1. Muy buena entrada! Para fans de Guralnick quería comentar que acabo precisamente de escribir una breve entrada sobre la lista de reproducción de clásicos perdidos que cierra su magistral “Sweet Soul Music”, y que el buen hombre ha compartido en su blog y en youtube. Adjunto el enlace por si a alguien le interesa echarle una ojeada:
    http://bailarsobrearquitectura.wordpress.com/2013/11/06/el-alma-perdida-del-sr-c/
    Saludos,
    iago lópez

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