viernes, 3 de diciembre de 2010
Chargers Street Gang
La primera vez que oí hablar, o mejor dicho, leí sobre The Chargers Street Gang fue gracias a una revista, un "Ruta 66" del año 2003, donde venía una apasionada reseña de "Through the Windshield" (segundo trabajo de la banda) a cargo de Jaime Gonzalo. En ese disco los Chargers descubrían sus cartas de Punk huracanado y perturbadora distorsión, con una convicción que transmitía honestidad por los cuatro costados, sin disimular la enorme influencia de su productor e ideólogo Tim Kerr.
Tim Kerr se puede decir que fue un visionario de la música Punk. Activo desde la eclosión del Hardcore a finales de los 70, siempre se adelantó a su tiempo, pero la combinación de Blues, Funk y Jazz, con el Punk más bestial, no fue bien recibida, e hizo que fuera defenestrado por algunos de sus compañeros de viaje por su supuesta falta de "autenticidad" hacia el movimiento Hardcore. Pero al final el tiempo le dio la razón, pruebas concluyentes lo confirman: The Big Boys, Poison 13, The Monkeywrench (con la artillería pesada de mis queridos Mudhoney) o Lord High Fixers son solamente algunos ejemplos. Kerr, enciclopedia viviente, músico, escritor, pintor y productor discográfico, del que se han hecho varias tesis doctorales, no ha parado de hacer cosas, y en cada uno de sus proyectos, por "pequeño" que sea, se vacía, simplemente se involucra al 100%.
La lista de producciones de Tim Kerr da vértigo, se cuentan por decenas. Desde sus estudios Sweatbox en Austin, Texas, ha parido obras maestras de Fireballs of Freedom, Insomniacs, Makers, Money Suzuki, Cynics, Riverboat Gamblers, y por supuesto, nuestros protagonistas Chargers Street Gang; todos ellos bajo el común denominador de la música de alta energía, el refugio de los grasientos garajes, la apasionada y sudorosa música negra con la "Young Lions Conspirancy" sobrevolando sus cabezas, donde no hay etiquetas, solo cuenta la música pasional, directa al alma, sin aditivos ni conservantes. No hay límites ni fronteras, solo tienes que sentir la música para pertenecer a tan distinguida sociedad.
Volviendo a los Chargers Street Gang, la banda nació en el año 2000 en Cleveland, Ohio. Un grupo de chavales de apenas 20 años deciden unir fuerzas para tocar música visceral y sincera, siempre al límite, con la tensa cuerda apunto de romperse, una bofetada a las maneras asépticas de lo convencional, les amas o les odias, no hay más vuelta de hoja. El enérgico Rock de Detroit es su tarjeta de presentación como bien lo prueba su primer single ("Fun housing"), pero también cogen elementos de diversas fuentes (Television, Sonic Youth, la generación Beat o John Coltrane), sin olvidarse de su Cleveland natal y su excelente cosecha (Rocket from the Tombs, Pere Ubu, Pagans, Dead Boys...).
Su primer atentado sónico lo perpetran en el 2001. Se llama "Holy the Bop Apocalypse" y entran en contacto directo con Tim Kerr, que además de producir el LP, se crea un vínculo de empatía entre productor y grupo que se refleja en el resultado final. Existe una retroalimentación mutua donde los Chargers se empapan de la sabiduría y experiencia del maestro, y Kerr de la juventud y espontaneidad de la banda. De principio a fin es un pelotazo de adrenalina, un grito desesperado a Gerry Roslie de los Sonics, una invocación a todos los "asesinos" en masa del Rhythm and Blues, una inyección letal a la ingravidez y al aburrimiento. El Rock and Roll en su forma más revolucionaria y vital, con los amplis al rojo vivo, y esos saxos empapados de sabiduría "Hard Bop" que te retuercen las entrañas. "Raised on Richards" escupe metralla en liturgia hacia la música Soul, "Tom Waits for no-one" homenajea al genio Californiano sin bajar la cabeza, "Source awards" regurgita furia Stooge. "Shitty song" es la banda sonora del momento, "Canción de mierda" para un mundo de mierda donde siempre pagan los mismos. "Amazing disgrace" es el único medio tiempo, que apunta hacia Dylan, pero no queda exento del veneno suficiente para convertir esta obra en algo casi conceptual. Personalmente creo que con sus virtudes y defectos es un trabajo insuperable.
En el 2003 los Chargers lanzan su segundo (y último hasta la fecha) asalto discográfico. "Through the Windshield" es el título de la criatura. Si con "Holy the Bop Apocalypse", su anterior disco, pusieron el listón muy alto, este segundo no desmerece. Quizás no sea tan inmediato como el anterior, ni tenga los puñetazos de éste directos al estómago, pero la rabia la mantienen intacta, al igual que el espíritu de unión y pasión por la música sin retocar y en estado puro. Las primeras escuchas se hacen ásperas y difíciles, pero si se le da varias oportunidades con los oídos bien abiertos, "Through the Windshield" se abre como un fascinante universo repleto de encabritadas melodías, lejos de los clasicismos Pop, pero melodías al fin y al cabo. Al igual que el anterior trabajo, repite en la producción el genial Tim Kerr, con todo lo que supone, en cuanto a sonido y fuente de inspiración. Es en definitiva, un trabajo demasiado honesto, crudo y real que va más allá de la simple proyección comercial. Poco importa este aspecto cuando se está ante semejante material. "Green room", "(not talkin' 'bout) freedom", "2 east", "so i left", "trying hard to be heavy" o "Kruezberg" (donde se aproximan a los primeros Cure), por citar solo unos ejemplos, son deliciosos sarpullidos que mantienen su vigencia 7 años después.
Llegamos a la actualidad, y poco se sabe de los Chargers. Como se suele decir, "lo intenso debe sobrevivir", y esperemos que algún día nos entreguen otra ración de música certera e impepinable, pero sobre todo sincera hasta la médula, cosa muy poco frecuente en estos tiempos que corren.
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Pepo! los Chargers son grandiosos! igual que tu blog. Felicidades!
ResponderEliminarhey hey my my!
Servan
Muchas gracias Sevan, todo un honor que tú me lo digas. Los Chargers son para mí una de las grandes sorpresas de la década pasada. El mensaje son ellos mismos, su actitud y su forma de tocar música pasional.
ResponderEliminarun abrazo!