miércoles, 31 de octubre de 2012

Q65

Durante los 40 y 50 el Rhythm and Blues y Country estaban bien asentados en la conciencia de los americanos, pero a nivel masivo la música popular estaba copada por cantantes ligeros del estilo de Frank Sinatra o Bing Crosby. En 1954 llegó el "Rock around the clock" de Bill Halley, y sobre todo Elvis, terror de una sociedad americana mojigata, tradicional y temerosa de Dios, que rápidamente se les encendieron las señales de alarma y vieron el Rock and Roll como un peligroso ataque a los convencionalismos sociales y como una preocupante revuelta juvenil sin causa aparente. Por primera vez la juventud americana tenía voz y voto, y el transmisor fue la música. Había nacido la primera oleada del Rock and Roll como un auténtico Tsunami que arrasó con el aburrimiento.

Más o menos en 1959, año de la muerte de Buddy Holly, se precipitó el declive del Rock and Roll, que mutó de una música vigorosa, a un estilo mucho más aseado, vacío y políticamente correcto. Pronto se extendieron los inocuos ídolos juveniles con sus bonitas caras e insípidas melodías. La revuelta del Rock and Roll había fracasado, pero por poco tiempo. Los jóvenes no eran estúpidos, y no se conformaron con los soporíferos sonidos impuestos, querían adrenalina y la encontraron en los Beatles y los sonidos que venían del otro lado del Atlántico, más excitantes, directos, y sobre todo conectaban plenamente con la juventud americana. En 1964 la segunda ola del Rock and Roll entró como un maremoto sin pedir permiso.

Inglaterra en los años 50 se estaba recuperando de los devastadores efectos de la Segunda Guerra Mundial y poco a poco se fue consolidando el "Estado de Bienestar". La sociedad fue ganando más confianza que se tradujo en el alza de la cultura del ocio, y más en concreto de la música. Muchos jóvenes británicos escuchaban los discos de Jazz y Blues que llegaban de los USA a través de las bases militares y las emisoras piratas. Primero fue el Skiffle (un género acústico basado en el Blues) y luego los grupos fuertemente influidos por el Rhythm and Blues y Rock and Roll americano más electrificante. ¿Los más conocidos? Los que casi todos sabemos: Beatles, Who, Stones, Kinks, Small Faces, Yardbirds... o su cara más arisca reflejada en Pretty Things o Downliners Sect.

Los "nuevos" sonidos llegaron a USA, pero también al resto del mundo. Más en concreto, Holanda los recibió con los oídos bien alerta dejando una cicatriz abierta que todavía sigue supurando energía cristalizada en infeccioso Garage y Punk a través de sus bandas. Q65 fueron uno de estos grupos holandeses. Por sus venas corrían los sonidos negros americanos chutados por la vía del Rhythm and Blues y el Soul más descarnado, pero interpretados con una intensidad poco común. El cantante Willem Bieler sentía los Blues con la suficiente libertad como para poseer un estilo propio. Las guitarras de Frank Nuyens y Joop Roelofs se ajustaban a la perfección, unas veces provocaban turbulencias eléctricas y otras tejían bellos pasajes acústicos, y el "todo" dio con un sonido distinto y original.

Q65 publicaron su primer LP en 1966.  "Revolution" es un implacable disco de Garage-Rhythm and Blues que rinde tributo a la Chess a base de inflamables versiones (antológico "Spoonful" ). Vampirizan a Bo Diddley con un psicótico "I got nighmares". Bajan el diapasón del Blues para tocar la fibra sensible del oyente ("Sour wine"), y regresan de nuevo al punto de partida del Blues rural en estado puro ("Middle-age talk"). En definitiva, "Revolution" es un acelerado latido de Blues eléctrico colocado en las mismas coordenadas de los Rolling Stones, pero con un discurso más extremo que espontáneamente se adelantaría a la música Punk de los 70.

"Revolution" es un trabajo sólido, revelador de una época, pero al mismo tiempo con un sonido más radical y violento. A pesar de todo, el auténtico potencial de Q65 estaba en los singles que publicaron entre 1966 y 1967 para el sello Decca, también "hogar" de los Rolling Stones. Afortunadamente este mismo año se ha publicado un LP que recopila todas las canciones de los singles de esta etapa. Se llama "The life I live : The Decca 45s", y es simplemente antológico. Un total de 16 temas recogidos de los "masters" originales en sonido mono que hacen hervir la sangre. Sigue un orden cronológico para poder apreciar la evolución de grupo, en cuanto a estilo y sonido. Comienzan con genuino Rhythm and Blues de vocación Punk en los primeros temas, luego se adentran de lleno en sonidos más agresivos repletos de Fuzz. Entre medias se cuela algún emocionante medio tiempo, y a continuación vuelven al punto de partida, que no es otro que el Blues, pero interpretado como ellos solo sabían. Finalmente dan un giro hacia una psicodelia más oscura sin perder ni una pizca de mala uva ni de claridad. 

Tras su estancia en Decca, los Q65 originales se deshacen, pero la nueva formación continuó facturando excelente música, explorando nuevos territorios y evolucionando de lleno hacia la Psicodelia y el Hard-Rock tan en boga a finales de los 60 y principios de los 70. Como fan del grupo creo que todo lo que grabaron es interesante, pero la magia de los singles y de "Revolution" no volvería. "Afghanistan" de 1970 está muy bien, mantiene el pulso con excelentes temas entre el Hard-Rock, la Psicodelia e incluso el Soul, pero un "medley" de "oldies" de Rock and Roll que ocupa toda la segunda cara, a pesar de la intensidad, oscurece algo el resultado final. Finalmente el grupo se separó en 1972, para luego volver a reunirse periódicamente en los 80 y 90 hasta la muerte de algunos de sus componentes (Willem Bieler). La influencia de Q65 ha sido importante en el Garage-revival de los 80, pero en mi opinión, a nivel de canciones, sonido y actitud deberían figurar como un referente básico del Rock and Roll más corrosivo de los años 60.

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