miércoles, 26 de diciembre de 2007

Stax Records

Siguiendo el trayecto por el sur de los USA, esta vez nos movemos desde Jacksonville hasta Memphis, con escala en Georgia, Alabama y Mississipi. Nuestro destino exacto es la avenida East McLemore, en concreto un pequeño teatro que constituyó el centro neurálgico de Stax records, o lo que es lo mismo, una de las principales cunas de música Soul y Rhythm and Blues surgidas en los USA en los años 60. Haciendo un poco de historia, Stax fue fundada por Jim Stewart y Estelle Axton en 1957, previamente con el nombre de “Satellite records”, y a partir de 1961 bajo el nombre de “Stax”. Entre los artistas más destacables del sello destacaron: Booker T and the MG’s, the Bar-Kays, Otis Redding, Sam and Dave, Rufus o Carla Thomas, por citar solo algunos nombres.

El sello comenzó siendo una independiente más dentro del panorama musical, pero Jerry Wexler (co-propietario de la poderosa Atlantic records), fascinado por el sonido de la casa, decide distribuir sus discos a nivel nacional con gran nivel de ventas, y no solo eso, la alianza y mezcla de músicos blancos y de color, contribuyeron a eliminar barreras raciales sin ningún tipo de discurso político. Simples canciones de tres minutos, en cierto modo, ayudaron a construir un mundo más humano y tolerante.

Llegamos hasta 1967, y debido al notable éxito de Otis Redding en 1966 en su gira por algunas capitales europeas, ciertos promotores deciden organizar una gira europea conjunta formada por artistas de Stax Records y alguno de Atco (subsidiaria de Atlantic): Booker T. And the MG’s, the Mar-Keys, Arthur Conley, Eddie Floyd, Sam and Dave, Otis Redding y Carla Thomas, son los músicos integrantes de la gira.

Con este año 2007 se cumple el cincuenta aniversario de la fundación del sello, y afortunadamente se han editado algunas cosas muy interesantes sobre Stax, como por ejemplo un DVD que recoge una actuación de esta gira conjunta bajo el título “Stax/Volt Revue Live In Norway 1967”.

El artefacto en cuestión contiene una de las últimas actuaciones de la gira ofrecida en Oslo, y el contenido simplemente es inmejorable. Al grabarse para la televisión noruega, la calidad de imagen en blanco y negro es bastante buena, y el sonido, grabado de la mesa de mezclas, es asombroso, incluso “defectos” como la sobresaturación de los micrófonos aportan encanto al asunto. La actuación no está del todo completa, pero de los 90 minutos totales, se han conseguido recuperar y restaurar unos 78, lo cual no está nada mal. El proyecto lo coordina Rob Bowman, musicólogo y autor de “Soulsville U.S.A: The Story of Stax Records”, por tanto, la calidad está garantizada.

Esta actuación cuenta con todos los miembros de la gira, excepto Carla Thomas, que debido a unos compromisos, voló a Chicago, para participar en unas actuaciones en favor de los derechos civiles.

Volviendo a Oslo, el concierto lo abre Booker T. And the MG’s. ¿Qué decir de una de las mejores formaciones que han existido nunca? Estos cuatro titanes fueron el “grupo de la casa” de Stax records, y participaron en los discos más influyentes del sello. Los cuatro integrantes forman una unidad: el estilo sobrio y elegante de Al Jackson a la batería, el bajo de Donald “Duck” Dunn llena los huecos vacíos, Booker T Jones es un dotado multi instrumentista, pero en esta ocasión se centra como influyente teclista para las generaciones venideras, y Steve Cropper, simplemente es el guitarrista rítmico por excelencia, la clase y estilo están presentes en cada nota que toca, y es la prueba concluyente que el dicho “menos es más” funciona a la perfección. Aparte es un dotado compositor y autor de un montón de clásicos interpretados por los mejores. En definitiva, auténtico sonido Stax.

Tras ser presentados, Booker T and the MG’s salen a escena con elegantes trajes y calzando botines estilo “Beatle” (el hecho de ir trajeado a una oficina es una tragedia, pero aquí todo cuadra perfectamente). Abren con “red beans and rice”. En USA fue cara B de single, pero en el Reino Unido consiguió ser un pequeño éxito, comienza con ciertos aires “jazz” pero al poco rato sube en intensidad para continuar con su mayor éxito: ni más ni menos que “Green Onions”, todo un clásico del Memphis soul, y quizás uno de los instrumentales más hipnóticos y atemporales. Aquí el ritmo es más rápido y varía considerablemente respecto al original; Steve Crooper puntea sobre dos notas, mientras el resto de la banda le acompaña sin pestañear, siempre bajo la atónita mirada del público noruego asistente. Parecen estar viendo a un grupo de otro planeta, y no es de extrañar.


Sin más demora, les toca el turno a los Mar-Keys: Joe Arnold, Wayne Jackson y Andrew Love, o lo que es lo mismo la sección de vientos que participa en la mayoría de grabaciones de la Stax en esa época. Interpretan “Philly dog”, “grab this thing” y “last night” en serie, empalmando uno tras otro, como si fuera uno solo. Son temas muy bailables, y las coreografías de los tres son de lo más divertidas, se mueven a izquierda y derecha continuamente, al tiempo que Al Jackson grita “grab this thing”, o el trompetista Wayne Jackson suelta un “all night long” para volver a la canción con más fuerza. Impecables.

Una vez introducida la banda a base de exquisitas interpretaciones, aparece un delgaducho Arthur Conley. No pertenece a Stax, pero si a Atco, y además se trata de un protegido de Otis Redding, pero con un talento incuestionable. Abre con una apabullante versión de “in the midnight hour”, y a continuación aborda “Sweet soul music” (compuesta y producida por Otis). Bañado en sudor, Conley alarga la canción, la banda improvisa y le sigue, canta fragmentos de otros temas, rinde tributo a Sam and Dave, Wilson Picket o James Brown, y por primera vez el “frío” público participa directamente elevándose de sus asientos, y cerrando de este modo su anfetamínica aparición.

Sin prácticamente dar tiempo a respirar aparece el gran Eddie Floyd. Quizás no sea tan explosivo como Arthur Conley, pero hay que reconocer que con su éxito reciente, “Raise your hands”, se mete al público en el bolsillo, y convierte una canción de menos de tres minutos, en siete minutos llenos de pasión y sudor. Eddie Floyd baja del escenario y se mezcla entre el público, cantando, abrazándose, bailando, e incluso en previsión de que ocurra una avalancha humana interviene la guardia nacional para calmar un poco los ánimos.

Otra cosa no sería, pero cada uno de los músicos participantes en la gira, trabajaban muy duro cada noche, se dejaban el pellejo y sudaban la camisa hasta la extenuación. Debido a que ni ellos mismos esperaban la acogida que iban a recibir por parte del público europeo, se veían obligados a dar el “do de pecho” en cada actuación. Finalmente la gira fue un éxito absoluto, y en capitales como Londres y Francia, eran tratados como si fueran los Beatles, algo que unos chicos de Memphis no imaginaban ni en sueños. A pesar de todo, el público de esta actuación, en Oslo, era un poco más duro y reservado, menos explosivo, pero a la vez más receptivo y preparado para escuchar.

Con Sam and Dave, los siguientes en actuar, ni el público más duro y exigente se podía resistir. Esta pareja termonuclear solamente con poner un pie en el escenario se convertían en pura dinamita, y a nadie dejaban indiferente. Independientemente de sus excelentes dotes vocales, Sam and Dave ofrecían un espectáculo inigualable. En este show interpretan algunos de sus recientes éxitos: “you don’t know like i know”, “hold on, i’m coming”, “when something is wrong with my baby”, más la versión de los Sims Twins, “sooth me”. La palabra más adecuada para definir el show es “cataclismo”. Todos los detalles son alucinantes; la forma en que uno transfiere el foco de atención al otro, mientras el que pasa a segundo plano da la espalda al público; los bailes de Sam al más puro estilo James Brown, la interacción con el resto de la banda, como cuando Dave hace partirse de risa a Duck Dunn, o Sam da la mano a Al Jackson en mitad de una canción; o cuando en mitad de “hold on, i’m coming” ambos simulan una discusión señalándose mutuamente mientras, literalmente, nadan en litros de sudor. Es impresionante como son capaces de generar climax tras climax y de encender a la multitud. Todo un testimonio único digno de verse.

Tras la catarsis colectiva provocada por Sam and Dave, el presentador da el relevo al “plato fuerte” de la jornada: el único e insustituible Otis Redding. Sam and Dave dejaron el listón muy alto, un nivel imposible de superar, pero si hay alguien que pudiera conseguirlo ese era Otis, y de hecho lo logró. Sin ser tan dinámico como Sam and Dave, simplemente con su presencia y magnetismo se metió al público en el bolsillo. No se trata de algo físico, es un sentimiento espiritual, se tiene o no se tiene, y Otis Redding lo tenía porque era la perfecta definición de “Soul”, una música para vibrar, divertirse, soñar, llorar y sentir.

Comienza con “Fa-Fa-Fa-Fa-Fa (sad song)”, pero mucho más acelerada que la versión que aparece en disco, y a los pocos minutos el público responde a la “llamada” de Redding; ya tiene al público en la palma de su mano hasta el final. Continúa con el clásico de los Temptations, “My girl”, que sirve de puente para la frenética versión de “Shake”, donde Al Jackson dobla el ritmo mientras Otis va de un lado al otro del escenario con el público completamente entregado. Sigue la personalísima interpretación del “Satisfaction” stoniano, y cuando parece que la banda va a descarrilar, suenan las primeras notas de “try a little tenderness”, o lo que es igual, siete minutos de pasión desbordada. Si en el disco la canción sube poco a poco de intensidad, en directo todos esos elementos de tensión son obviados, y al poquísimo rato la banda entra en combustión espontánea, parece que le vaya a dar algo a Otis, el presentador sale a despedirle, pero Otis regresa a escena hasta tres veces inyectando intensidad en el corazón de todo el público. Verdaderamente algo mágico.

Y esto es todo, nueve meses después de estas actuaciones, comienza el principio del fin. Otis Redding fallece en un accidente de avión, Sam and Dave firman para Atlantic Records dejando Stax, y Arthur Conley devastado por la muerte de Redding (su amigo y mentor) abandona la industria musical y se mueve a Europa. Eddie Floyd y Booker T and the MG’s siguen cosechando éxitos, y The Mar-Keys se convierten en reputados músicos de sesión al servicio de estrellas de relumbrón, desde Steve Winwood hasta Neil Young. Pero ya nada sería igual, llega el fin de una etapa, donde una pequeña discográfica consiguen el sueño de hacer llegar su música al corazón del todo el mundo, y esta actuación ofrecida por la TV de Oslo es buena prueba de ello.

13 comentarios:

  1. GRAN TRABAJO, PEPO!! Jodé, qué ganas de pillarme el DVD!! Lo de Sam & Dave "pareja termonuclear" me ha encantado!
    Aquí tienes a un lector entregado al Bus, Pepo!

    Jose Fragoso

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  2. Se ve que dejaste las teclas emplastadas de turrón, que no descansas ni en Nochebuena... tragón

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  3. La única pareja termonuclear conocida es Pe y Po... Tremenda reviisón de una joya de las grandes, grandes!!!.

    Salud

    Tomi

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  4. Cojonudo, Pepo, que no pare de girar ese autobús.

    Griffin

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  5. Muchas gracias a todos, ni que decir tiene que quién quiera una copia del DVD en cuestión yo se la paso.

    un abrazo

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  6. Enhorabuena Pepo, muy currado este artículo, un buen nivel de detalles para los apasionados en tema. Una buena idea la aportación del video para ilustrar a los no entendidos como yo en este campo, pero con el incoveniente de que desde mi explorador de Windows no lo he podido habrir, para verlo. Espero que Autobus mágico solucione estos problemillas técnicos para hacer que en sus documentos se ejucuten todas sus posibilidades. Me quedado con las ganas de ver el video, pero buen trabajo Pepo, eres un buen cronista.

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  7. Otro gran post majo, Lycka te felicita hombre de paz!!!

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  8. Tomi me paso este dvd en Valladolid. Lo tengo a punto de degustar. Con tus sabias palabras, será más sabroso. Pepo forever!!

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  9. You're a soul man Pepo!! Qué ganas de verlo...

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  10. todos somos unos hombres de soul y de Rock and Roll. Un abrazo para Juan y para todo el mundo.

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  11. Seleccionar las canciones del directo en Spotify y leer tu post, no puede haber nada mejor, gracias, por este momento mágico,

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  12. Hola Ismael, agradezco tú comentario. El único objetivo de Autobús Mágico es contagiar, aunque solo sea un poco, el entusiasmo por esta música, y si alguna vez se consigue, pues feliz de la vida. Me alegro que te guste el sonido Stax.

    un abrazo

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