jueves, 30 de diciembre de 2010

Larry & The Movers, "Summer Holiday Time"

En este recién estrenado 2011 aquí estamos de nuevo rindiendo honores a la escueta canción de tres minutos, aquella que se alza por encima del LP completo y sobresale del resto, como una joya entre algodones camuflada entre material fácilmente olvidable, que sin embargo sobrevive a los envistes del tiempo y del olvido. Larry & the Movers publicaron en los años 80 un LP titulado "Best intentions" con clara inclinación hacia el revival sixties, pero trasladado a los sonidos de la nueva ola imperantes en aquella época, que no va más allá de ser un trabajo anecdótico que se quema por completo tras unas cuantas escuchas.

Está claro que Larry & The Movers no fueron la octava maravilla, tan solo unos músicos rindiendo homenaje a los añorados Beatles, Beach Boys o Kinks, a base de versiones y temas originales que quedan lejos de alcanzar lo sublime. Pero como pasa en ocasiones, ¿Quién no ha encontrado un objeto preciado entre la basura, un destartalado Bar lleno de encanto, o quizás alguna joya en el rastro de los domingos? De forma parecida es cuando un tema como "Summer Holiday Time" se desmarca de lo mediocre. Un irresistible puzzle hecho de piezas de Pop pluscuamperfecto: armonías vocales esplendorosas, ritmo dinámico y unas maravillosas guitarras que nos llevan de la mano con los primeros Beatles. Un regalo intemporal cuya tópica letra remite al disfrute, la pasión, a enamorarse, a encender el fuego de la vida, y en definitiva, intentar disfrutar de cada nuevo día; aunque es en la música y en el ritmo donde la canción cobra todo su sentido, y es entonces cuando de nuevo vuelve a suceder, la magia del Rock and Roll se activa pletórica en toda su pureza, y durante tres minutos un dulce optimismo inunda los sentidos, y te sientes bien, y por unos instantes alcanzas lo inalcanzable logrando apartar esos problemas cotidianos mientras suenan sencillos acordes de eternidad.

Os deseo a todos un próspero año 2011, que se cumplan todos vuestros deseos, y que la música siga sonando alta y clara mientras la banda toca canciones tan preciosas como "Summer Holiday Time".

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sonic's Rendezvous Band

La Sonic's Rendezvous Band nació en Ann Arbor, Michigan, a mediados de los 70 como si de las cenizas del Ave Fénix se tratara. Retrocediendo unos años, a finales de los 60 y principios de los 70, ahí estaban los Stooges escupiendo veneno como nunca antes se había oído, los MC5 arrojando certeros proyectiles sónicos, y The Rationals mostrando su interesante fusión de música "garage" y Soul.

En 1975 se desintegra la irrepetible unidad de Stooges en favor de un Iggy Pop con clara vocación de estrella. Los MC5 se convierten en una parodia de si mismos, y el cansancio sustituye a la excitante energía y revolución sónica del pasado. En cuanto a los Rationals, su vibrante garage-soul poco a poco se difumina ante el escaso interés, a pesar de una solvencia más que probada.

Corrían malos tiempos para el Rock and Roll de Detroit, pero Fred Smith (ex MC5), Scott Morgan (ex Rationals), Scott Asheton (ex Stooges), junto con Gary Ramussen (ex Up's), no arrojan la toalla y forman la Sonic's Rendezvous Band, banda definitiva de Rock americano, que no estuvieron en el momento ni lugar correcto, en una época de escaso interés hacia el Rock and Roll de espíritu flamígero, en un Detroit cada vez más deprimido por el desempleo y las drogas.

El legado de la Sonic's Rendezvous Band fue escaso, tan solo un single auto financiado con una sola canción en sus versiones mono y stereo. No había dinero para más, y tampoco reciben el mínimo apoyo de una industria cada vez más caduca y focalizada en el dólar. Dicho artefacto contiene "City Slang", cinco explosivos minutos que reflejan a la perfección la vida en Detroit por aquella época; violencia y miseria activados por poderosos riffs de guitarras kamikaces, como solo Fred "Sonic" Smith sabe tocarlas, con Scott Morgan escupiendo exabruptos Soul, mientras Scott Asheton y Gary Ramussen conducen el ritmo en misión suicida. No hay adornos, tan solo un sufrido piano que es aporreado sin piedad, y los increíbles solos de la guitarra de Fred Smith repletos de rabia y dolor.

Con el paso de los años se les ha reivindicado, y es probable que de surgir en otro momento, hubieran corrido mejor suerte, o quizás no, quién sabe. En un mundo perfecto serían estrellas, pero eran demasiado ariscos y taciturnos, y además carecían del carisma de sus bandas predecesoras. En los últimos tiempos se ha publicado abundante material inédito (alguno de pobre sonido), y uno se pregunta hacia donde hubieran conducido su música de no haberse separado en 1980; pero es demasiado tarde, con Fred Smith muerto desde 1994 nunca lo sabremos. Solo nos queda su escaso legado y lo que poco a poco va apareciendo de sus archivos inéditos.

La majestuosa "City Slang" en su versión monofónica

sábado, 11 de diciembre de 2010

The Everly Brothers

Los Everly Brothers quizás no hayan trascendido tanto como otros de sus contemporáneos de los 50, al fin y al cabo Don y Phil han sido unos corredores de fondo, siguen vivos y han tenido que sortear los baches de la vida y de la fama (drogas, crisis nerviosas, etc), defender trabajos irregulares que no siempre estaban a su altura, superar largos años sin hablarse, o afrontar el rechazo de la industria discográfica, la misma que les encumbró en sus días de gloria.

Como se ha dicho arriba, afortunadamente Phil y Don siguen vivos, con más de 70 años por fin pueden echar la vista atrás y ver lo que han construido. Probablemente sin los Everly Brothers el Rock and Roll no sería lo mismo. Sin ellos Beatles, Beach Boys, Nick Lowe, Dion and the Belmonts, Simon y Garfunkel e incluso nuestro Duo Dinámico, quizás no hubieran existido, o al menos serían diferentes. Sin ellos en Inglaterra el Skiffle no hubiera evolucionado hacia el Rhythm and Blues y el Pop, y sin ellos al complejo puzzle de la música Popular le faltaría una pieza importante.

Don y Phil, hermanos reales, se criaron en Kentucky, procedentes de una familia de amplia tradición musical, su estilo se fue forjando poco a poco a base de escuchar a los grupos vocales de los años 30 y 40 (de The Delmore Brothers a Blue Sky Boys), pero también el entonces emergente Rhythm and Blues y la música Country, tan importante desde el principio. Tal es así, que el mítico guitarrista Chet Atkins, que ya había trabajado con prodigios de la talla de Hank Williams, como buen amigo de la familia Everly que era, con sus contactos proporciona a los Everly Brothers una oportunidad discográfica con Columbia primero (donde son rechazados), y luego con Cadence, que no solo les sitúa en el mapa del Rock and Roll de los 50, también les catapulta directos a las mieles del éxito, tan dulces como engañosas.

En 1957 el estilo de los Everly Brothers está firmemente asentado, y se caracteriza por un sonido simple con preciosas armonías vocales que se acoplan a la perfección, con Don encargándose normalmente de las partes más agudas y Phil las graves. Además ambos portan guitarras acústicas, no solo como elemento decorativo, al igual que Elvis en su primera etapa con Sun Records, su rítmico estilo añade dinamismo al sonido del grupo, estilo que ha sido admirado por Keith Richard públicamente.

Entre 1957 y 1965 los Everly Brothers fueron una insuperable máquina de producir éxitos, cambiaron el modo de entender la música Country y Blues, tiñéndola de una exquisita fuerza melódica, pero sin sonar empalagosos ni perder el norte de sus raíces. Incluso se dice que entre 1957-58 cuando salieron en una extensa gira con Buddy Holly, este absorbió su estilo y dio un cambio de orientación a su música.

Los Everly Brothers además se supieron rodear de la gente adecuada. Su benefactor Chet Atkins aparte de tocar en sus grabaciones, les puso en contacto con los mejores músicos del momento, con los editores musicales Acuff-Rose, imprescindibles magnates de la música Country de glorioso pasado, y lo más importante, con unos compositores de excepción. El matrimonio Bryant (Felice y Boundleaux) proporcionaron a los Everlys el mejor material del momento que encajaba en su estilo como una precisa (y preciosa) pieza de ingeniería.

Debutaron en 1957 con "Bye bye love", conocidísima pieza que rechazaron entre otros Elvis Presley, que combina a la perfección el poderoso ritmo de Bo Diddley con sus imperecederos juegos de voces. En la otra cara del single, "I wonder if i care as much", compuesta por Don Everly, empieza con un efectivo chasquido de dedos, continúa más pausada y compleja, pero las voces siguen sonando a gloria. "Wake up little Susie" es otro conocido tema, oído en anuncios publicitarios y películas hasta la saciedad, pero no por ello deja de ser irresistible. Se lanza a las listas de éxito con un dinámico ritmo impulsado por las saltarinas guitarras acústicas de la casa, y con una "inocente" letra llena de bilis y mala leche. "Maybe tomorrow", en la cara B, es otra composición propia, cargada de nostalgia e intachable belleza.

En 1958 debutan con "Should we tell him" firmada por los propios Everlys, un tema de Rockabilly tiznado de música Pop donde la guitarra de Chet Atkins dibuja artísticos garabatos sobre un lienzo lleno de ritmo. "This little girl of mine", en la otra cara, es un viejo tema de su admirado Ray Charles que lo dulcifican con total respeto hacia el maestro y lo llevan a su terreno. Suena "All i have to do is dream" y hay poco que decir: películas, campañas publicitarias, mercadotecnia... y aún así sigue conservando toda la belleza. En este 1958 el mismísimo Roy Orbison les cede "Claudette" que la hacen suya con sus ricas melodías y dinámicas guitarras acústicas características, al igual que "Bird dog", otra terapéutica píldora de Rock and Roll que calma las penas y ensancha el espíritu. "Devoted to you" es una desnuda y sencilla pieza que pone los sentimientos a flor de piel con esas voces cobrando total protagonismo. Mucho más enérgica es "Problems", todo un adelanto al sonido de "garage" que vendría después, pero más depurada y con clara vocación de himno Pop.

Pasamos a 1959 y los Everly Brothers no bajan el listón lo más mínimo. Debutan con el single "Poor Jenny" y "Take a message to Mary", toda una pareja de ases que llega a lo más alto. Ambas composiciones son de los Bryant, la primera ("Poor Jenny") arranca veloz y rítmica con Phil y Don fundiéndose en uno solo. "Take a message to Mary" cuenta una desgarradora historia llena de delicadeza, que pulveriza todos los sonidos del Mersey Beat juntos, convirtiendo esta pieza en favorito personal. "('Til) I kissed you", escrita por Don Everly, es una de esas golosinas que entra directa al "club de la inmortalidad" gracias a unos efectivos y sencillos arreglos de guitarra y batería, con un estribillo que actúa como un gancho irresistible. "Oh, what a feeling" de Phil Everly alcanza cotas de emoción insuperables, y aunque muchas veces se han escrito canciones de amor, los Everlys son de los pocos en condensar de forma certera el sentimiento en tan solo dos minutos.

1960 supone estreno de década, pero también el último año de estancia de los Everlys en el sello Cadence. Imagino que el cambio se vería motivado por cuestiones económicas, y no por un bache creativo. "Since you broke my heart" muestra otra vez las excelencias del grupo, mucho más eléctricos con las guitarras, y muestra su cada vez más creciente talento compositivo, talento que se desborda con "When will i be loved" de Phil Everly, ¿Su mejor canción?, difícil elección ante tanto oasis de grandeza, ¿El mejor riff de la historia del Rock and Roll? No lo dudes.

Los Everly Brothers continúan su reinado por Warner Brothers, su nueva discográfica, hasta la eclosión de los Beatles a mediados de los 60, que paradójicamente, aunque los nuevos sonidos beben de las ricas aguas del cancionero de los Everlys, suponen una herida mortal para ellos y otros grupos y solistas de caras bonitas, donde habitualmente son encasillados. Nada más lejos de la realidad, eran mucho más que eso. Los Everly Brothers eran el Pop en su faceta más vibrante, emocional, brillante y generosa. Hay pruebas concluyentes en cualquier disco de su etapa con Cadence Records.

"When will i be loved", o lo que es igual, la belleza de la música.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Chargers Street Gang


La primera vez que oí hablar, o mejor dicho, leí sobre The Chargers Street Gang fue gracias a una revista, un "Ruta 66" del año 2003, donde venía una apasionada reseña de "Through the Windshield" (segundo trabajo de la banda) a cargo de Jaime Gonzalo. En ese disco los Chargers descubrían sus cartas de Punk huracanado y perturbadora distorsión, con una convicción que transmitía honestidad por los cuatro costados, sin disimular la enorme influencia de su productor e ideólogo Tim Kerr.

Tim Kerr se puede decir que fue un visionario de la música Punk. Activo desde la eclosión del Hardcore a finales de los 70, siempre se adelantó a su tiempo, pero la combinación de Blues, Funk y Jazz, con el Punk más bestial, no fue bien recibida, e hizo que fuera defenestrado por algunos de sus compañeros de viaje por su supuesta falta de "autenticidad" hacia el movimiento Hardcore. Pero al final el tiempo le dio la razón, pruebas concluyentes lo confirman: The Big Boys, Poison 13, The Monkeywrench (con la artillería pesada de mis queridos Mudhoney) o Lord High Fixers son solamente algunos ejemplos. Kerr, enciclopedia viviente, músico, escritor, pintor y productor discográfico, del que se han hecho varias tesis doctorales, no ha parado de hacer cosas, y en cada uno de sus proyectos, por "pequeño" que sea, se vacía, simplemente se involucra al 100%.

La lista de producciones de Tim Kerr da vértigo, se cuentan por decenas. Desde sus estudios Sweatbox en Austin, Texas, ha parido obras maestras de Fireballs of Freedom, Insomniacs, Makers, Money Suzuki, Cynics, Riverboat Gamblers, y por supuesto, nuestros protagonistas Chargers Street Gang; todos ellos bajo el común denominador de la música de alta energía, el refugio de los grasientos garajes, la apasionada y sudorosa música negra con la "Young Lions Conspirancy" sobrevolando sus cabezas, donde no hay etiquetas, solo cuenta la música pasional, directa al alma, sin aditivos ni conservantes. No hay límites ni fronteras, solo tienes que sentir la música para pertenecer a tan distinguida sociedad.

Volviendo a los Chargers Street Gang, la banda nació en el año 2000 en Cleveland, Ohio. Un grupo de chavales de apenas 20 años deciden unir fuerzas para tocar música visceral y sincera, siempre al límite, con la tensa cuerda apunto de romperse, una bofetada a las maneras asépticas de lo convencional, les amas o les odias, no hay más vuelta de hoja. El enérgico Rock de Detroit es su tarjeta de presentación como bien lo prueba su primer single ("Fun housing"), pero también cogen elementos de diversas fuentes (Television, Sonic Youth, la generación Beat o John Coltrane), sin olvidarse de su Cleveland natal y su excelente cosecha (Rocket from the Tombs, Pere Ubu, Pagans, Dead Boys...).

Su primer atentado sónico lo perpetran en el 2001. Se llama "Holy the Bop Apocalypse" y entran en contacto directo con Tim Kerr, que además de producir el LP, se crea un vínculo de empatía entre productor y grupo que se refleja en el resultado final. Existe una retroalimentación mutua donde los Chargers se empapan de la sabiduría y experiencia del maestro, y Kerr de la juventud y espontaneidad de la banda. De principio a fin es un pelotazo de adrenalina, un grito desesperado a Gerry Roslie de los Sonics, una invocación a todos los "asesinos" en masa del Rhythm and Blues, una inyección letal a la ingravidez y al aburrimiento. El Rock and Roll en su forma más revolucionaria y vital, con los amplis al rojo vivo, y esos saxos empapados de sabiduría "Hard Bop" que te retuercen las entrañas. "Raised on Richards" escupe metralla en liturgia hacia la música Soul, "Tom Waits for no-one" homenajea al genio Californiano sin bajar la cabeza, "Source awards" regurgita furia Stooge. "Shitty song" es la banda sonora del momento, "Canción de mierda" para un mundo de mierda donde siempre pagan los mismos. "Amazing disgrace" es el único medio tiempo, que apunta hacia Dylan, pero no queda exento del veneno suficiente para convertir esta obra en algo casi conceptual. Personalmente creo que con sus virtudes y defectos es un trabajo insuperable.

En el 2003 los Chargers lanzan su segundo (y último hasta la fecha) asalto discográfico. "Through the Windshield" es el título de la criatura. Si con "Holy the Bop Apocalypse", su anterior disco, pusieron el listón muy alto, este segundo no desmerece. Quizás no sea tan inmediato como el anterior, ni tenga los puñetazos de éste directos al estómago, pero la rabia la mantienen intacta, al igual que el espíritu de unión y pasión por la música sin retocar y en estado puro. Las primeras escuchas se hacen ásperas y difíciles, pero si se le da varias oportunidades con los oídos bien abiertos, "Through the Windshield" se abre como un fascinante universo repleto de encabritadas melodías, lejos de los clasicismos Pop, pero melodías al fin y al cabo. Al igual que el anterior trabajo, repite en la producción el genial Tim Kerr, con todo lo que supone, en cuanto a sonido y fuente de inspiración. Es en definitiva, un trabajo demasiado honesto, crudo y real que va más allá de la simple proyección comercial. Poco importa este aspecto cuando se está ante semejante material. "Green room", "(not talkin' 'bout) freedom", "2 east", "so i left", "trying hard to be heavy" o "Kruezberg" (donde se aproximan a los primeros Cure), por citar solo unos ejemplos, son deliciosos sarpullidos que mantienen su vigencia 7 años después.

Llegamos a la actualidad, y poco se sabe de los Chargers. Como se suele decir, "lo intenso debe sobrevivir", y esperemos que algún día nos entreguen otra ración de música certera e impepinable, pero sobre todo sincera hasta la médula, cosa muy poco frecuente en estos tiempos que corren.

  © Blogger templates Brooklyn by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP