lunes, 10 de septiembre de 2012

Muddy Waters, "Folk singer"

Afirmaciones como "el fuego quema", "el agua apaga la sed" o "el miedo es libre" son tan ciertas como que "El Blues tuvo un hijo y se llamó Rock and Roll", una verdad universal que adelantaba Muddy Waters en un tema de su tremendo cancionero, tan exacta como que Muddy fue uno de los pilares de la música popular "moderna" y sin él, casi con toda probabilidad, esto no hubiera sido lo mismo.


Repasando muy brevemente sus orígenes, Muddy Waters nació en el estado de Mississippi en 1915 bajo la mala estrella de la pobreza, la segregación y el trabajo duro. En los años 40 fue descubierto por Alan Lomax, que trabajaba para la Biblioteca de Congresos, y al poco emigra a la ciudad de Chicago, cuna del Blues eléctrico. Big Bill Broonzy, bluesman muy popular en la época, pone a Muddy en el mapa musical de Chicago, y al poco tiempo entra en contacto con Aristocrat records, convertida después en la seminal Chess records, y el resto es historia.

Desde finales de los 40 hasta mediados de los 50, Muddy Waters tuvo un gran éxito en el mercado del Rhythm and Blues gracias a una banda a la que nadie se atrevía toser: Jimmy Rogers, Little Walter o Otis Spann eran parte de la plantilla.Tenían la suficiente entidad como para brillar por si solos, y Muddy no tuvo problema que cada uno lo hiciera con plenitud. Juntos grabaron (¡agarrénse los empastes!) maravillas como "Rolling Stone", "She moves me", "I'm your Hoochie Coochie man", "I just wanna make love to you", "I'm ready" o "Mannish boy", todos ellos clásicos del Blues eléctrico, así como himnos de los más calentorros instintos de la entrepierna que han sido interpretados por otros músicos hasta la saciedad.

Muddy tenía la máquina perfecta de hacer blues, engrasada y precisa. Él ponía el alma, ellos el corazón. La magia duró unos años, el nucleo se deshizo y cada miembro se centró en sus carreras solistas. Desde entonces, Waters tocó con mucha gente, músicos legendarios, pero nunca como Ellos, fueron irrepetibles e irremplazables. Quizás por este motivo, en 1963 cuando su estrella ya estaba consolidada, volvió a sus raíces rurales y grabó un disco desnudo y enigmático, con instrumentos acústicos, que supuso una vuelta al hogar de su Rolling Fork natal, un recuerdo de juventud encapotada por una vida de perros, sin más opciones que los destartalados Juke Joints donde los Bluesman tocaban, mientras el público bebía alcohol destilado ilegalmente.

El resultado es "Folk Singer", un disco que rebosa austeridad en cada surco, donde cada nota es una apabullante señal de cruda realidad, sin aditivos ni adornos, dibujando un paisaje árido de tierras yermas y bellas al mismo tiempo. De la misma forma que la quietud de la inmensidad del desierto solo es interrumpida por el silbido de la serpiente, la guitarra slide de Muddy se desliza en cada canción. Los silencios están a años luz de las palabras y tienen un significado esencial, dotando al disco de una atmósfera sobrecogedora e inquietante al mismo tiempo. En este ritual de magia negra de Country-Blues, Muddy no estaba solo, le acompañaban Willie Dixon, Buddy Guy y Clifton James, eternos compañeros de viaje, que al igual que Muddy, echan la vista atrás hacia su duro pasado, representado en cada fraseo, como una aparición que intenta decirnos que es bueno saber cuales son nuestras raíces sin perder la perspectiva de la realidad.

Tras "Folk Singer", Muddy Waters siguió creciendo artísticamente a base de trabajo duro y una intachable trayectoria materializada en cada disco, en ocasiones adaptados a las tendencias del momento. Publicó discos con movimientos hacia el Soul, Funk o la Psicodelia, estilos más alejados del Blues ortodoxo, pero que en sus manos parecían creados por y para él, interpretados con firmeza y autoridad, a su manera, pero sin renunciar a sus raíces y con los pies bien asentados en la tierra, sin desviarse un ápice de su camino, como el que sabe quién es y de donde viene.

"My home is in the Delta"

2 comentarios:

  1. Que post tan tan tan bueno... Enhorabuena.

    Además me complace ver que no todos los blogueros musicales son ateos, y que algunos siguen creyendo en Muddy Waters aka GOD

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    Respuestas
    1. Hay que formar una plataforma para santificar a Muddy Waters y Howlin' Wolf. Pero en vez de portar cirios en la comitiva, hay que desfilar con el rabo entre la piernas. Ellos seguro que lo harían.

      un abrazo Troy!

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