martes, 24 de junio de 2008

The Gun Club, "Fire of Love"

Hablar de Gun Club equivale a hablar de viejos blues del delta, pero también de furioso Punk-Rock californiano. Hablar de Gun Club es hablar de Jeffrey Lee Pierce, auténtica alma del grupo, carismático personaje lleno de contrastes, fue presidente del club de fans de Blondie, compañero de correrías de Kid Congo Powers (ex Cramps, ex Bad Seeds...), gran bebedor y adicto a la Heroína. Jeffrey Lee utilizó la música como vehículo para exorcizar sus demonios interiores, y su disco de 1980 “Fire of Love” es un trabajo tan inquietante como estremecedor, cargado de una extraña y fascinante intensidad, 11 temas clásicos con guitarras slide que resucitan a los viejos bluesmen del delta de Mississippi a base de rituales de Voodoo y magia negra con una pasión estremecedora. “Fire of Love” No se trata de una forma ortodoxa de hacer blues, o quizás sí, da igual, lo cierto es que Jeffrey Lee Pierce y los suyos consiguen su propio estilo de hacer blues con una peculiar mezcla de géneros tales como Country, Rockabilly y mucho Punk, y todo ello regurgitado con iconografías de amor, sexo, muerte y toxicomanías varias.

“Fire of Love” está conducido en todo momento por la irrepetible voz de Jeffrey Lee Pierce, tan frágil como poderosa, que da a la música una extraña locura, como si al sonar esas increíbles canciones sintieras la necesidad de asomarte al abismo y lanzarte al vacío sin redención posible.

“Jack on fire” es un preciso blues cargado de sulfurosa guitarra slide con certeras estrofas envenenadas que hablan de sexo, amor, maldad y muerte, con sabor al sur profundo americano.

“Goodbye Johnny” mantiene una tensión a punto de romperse, como si la vida pendiera de un hilo y ese hilo llegara a su límite, como un hombre roto caminando por áridos desiertos de desolación plagados de urgentes riffs de guitarras y baterías.

Los 6 minutos de “Cool drink of water” es una experiencia musical única que rememora a Howling Wolf, con Jeffrey Lee aullando cortantes frases de iconografía blues (“pedí agua y me dio gasolina”).

Con “Sex Beat” Gun Club tuvieron cierta repercusión en los lejanos días de 1980, y no es de extrañar, es un clásico inmediato, suena increíblemente fresca y directa, y posee un irresistible ritmo primario y anfetanímico al mismo tiempo. Solamente escuchar a Jeffrey Lee escupir “Sex Beat, go!” me dice más que la mayoría de bandas de hoy día.

El tema de hacer versiones de temas ajenos es delicado, se corre el riesgo de caer en la copia sin aportar absolutamente nada. En el caso de Gun Club hacen suya “Preaching the blues” original de Robert Johnson, o lo que es igual, una visión de blues pasada por la trituradora del auténtico Punk, lleno de locura, descontrol, desorden y caos; y por encima increíbles párrafos como:

“Gonna get religion, gonna joint the Baptist church
gonna be a Baptist preacher, so I don’t have to work”

“She is like heroin to me” es otra de las más conocidas, y a la larga uno de los temas más inflamables de Gun Club, lo tiene todo: atrevida, sincera, directa con un insistente y demoledor estribillo que te rebana el alma. Para mí uno de los grandes clásicos de la música punk de raíces, con un título que lo dice todo.

Más punk desde el infierno, un buen sitio para estar con toda esa parafernalia que tanto gusta a los Cramps: calaveras, sensuales diablesas y rockers de serie Z. “For the love of Ivy” es un intenso homenaje a “Poison Ivy” de The Cramps, compuesta a medias por Jeffrey Lee y Kid Congo Powers. Precisamente este último formaría parte de los Cramps y grabaría el imprescindible "Psychedelic Jungle”.

Si en 1979 Neil Young azuzaba las cenizas del Punk con frases como “es mejor quemarse que oxidarse”, Gun Club reivindican el espíritu del fuego como si de su Dios se tratara. “Fire Spirit” condensa toda la esencia del disco en cuanto a actitud e intensidad, con un estilo ligeramente más reposado e incluso más próximo a la música pop de los años 60, que forma otro de los grandes pilares del disco.

“Fire of love” está reeditado en España, y se puede conseguir vía Munster Records en resplandeciente edición de vinilo, y cuesta un poco más de lo que puede valer una copa adulterada un sábado por la noche. No hay excusa para no acceder a este maravilloso LP.

Mil gracias a Charly por descubrirme “Fire of love”

5 comentarios:

  1. Sofía

    Me alegro que te guste la web, siempre se agradece que a uno le lean.
    Me apunto tú web en mis favoritos y estamos en contacto.
    un saludo

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  2. Bueno Pepo, este fin de semana volveremos a las calles, e incluso no vendría nada mal oir un poco de R`n`r. Eso sí no cuentes con Galoncha, que ha cambiado la música por una paella en Javea

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  3. Volveremos Charly, a la salud de Gun Club

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  4. pepo,este blog es una maravilla.vielba y yo somos super adictos....this blog is like heroin to me...impresionante artículo sobre el gran bo diddley.nunca había escuchado hablar de gun club,pero el artículo me ha impresionado.un abrazo

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  5. Joder, Edu, muchas gracias por tus palabras, me conmueven de verdad. A ver si nos vemos pronto y nos tomamos una cuantas cervezas en algún barucho entre el cielo y el infierno.

    un abrazo

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