
miércoles, 28 de diciembre de 2011
Nikki Sudden, "Teenage christmas"

lunes, 19 de diciembre de 2011
Night Beats

martes, 13 de diciembre de 2011
Nick Lowe

miércoles, 31 de agosto de 2011
John Paul Keith, "The man that time forgot"

miércoles, 24 de agosto de 2011
The Mirrors, "She smile wild"

Paralelamente The Mirrors, en algún lugar perdido de América (Cleveland, Ohio), tocaban Rock and Roll inflamable sin ningún tipo de mensaje explícito, el mensaje eran ellos mismos, tan solo unos pocos acordes y una enorme pasión por la Velvet Underground, especialmente de atentados sonoros como "White light/white heat", pero con una actitud demoledora, entendiendo esta como un grito desgarrador hacia la recesión económica y el desempleo que vivía la ciudad de Cleveland desde finales de los 60, pero al mismo tiempo alimentaba una enorme creatividad llena de desesperanza y malas vibraciones, que dio lugar a una escena única y a un importante eslabón en la cadena evolutiva del Punk rock, antes de que este movimiento se catalogara como tal.

The Mirrors fueron un grupo vinculado a otras formaciones de Cleveland más conocidas como Pagans, los fantásticos Electric Eels, y sobre todo Pere Ubu, donde su cantante David Thomas, les publicó el single en su sello discográfico. Más adelante el batería de The Mirrors, Michael Weldon, estuvo muy vinculado a la publicación de revistas y libros sobre películas de serie Z a través de los títulos de "Psychotronic".
Escuchando a grupos como The Mirrors, Rocket from the Tombs o Electric Eels, todos ellos hermanos pobres de otras formaciones de culto más conocidas, uno relativiza lo escrito y quizás el premio de precursores del Rock and Roll más primitivo podría haber recaído sobre ellos. ¿Por qué no ha sido así? Imagino que demasiada dosis de realidad y ruido en estado puro les hace incómodos para salir en la foto, pero canciones como "She smile wild" valen más que mil palabras.
sábado, 13 de agosto de 2011
Howlin' Wolf, segunda parte

En 1954 Wolf comienza a grabar en los estudios Chess, pero ya no lo hace con su banda anterior. Willie Johnson, su tremebundo guitarrista desde hace años, entra y sale de forma intermitente, y el resto de músicos son reemplazados por los de Chess, pero no hay problema cuando se trata de gigantes de la talla de Otis Spann, Willie Dixon o Earl Philips. Durante ese 1954, ocurre un hecho decisivo en la carrera de Wolf, y no es otra cosa que la entrada del guitarrista Hubert Sumlin como miembro fijo, que con el tiempo se convertirá en una de las asociaciones más productivas del Blues eléctrico, y desde mi punto de vista, de la música popular en general.

El bautizo de Hubert Sumlin se produce con el single "Baby how long" y "Evil", y el resultado es excelente, la primera posee un ritmo rápido-medio, mientras que "Evil" es más hipnótica y oscura, con Otis Spann dejándose los dedos al piano mientras Wolf acompaña con la armónica y canta con total poderío y firmeza. En estas primeras grabaciones el estilo de Sumlin aún no está perfilado, y se limita a una labor rítmica, dejando el peso solista para otro fenómeno de la talla de Jody Williams. Como se verá, Wolf siempre se rodeará de los mejores músicos debido a su extremo nivel de auto exigencia que le lleva siempre a dar lo mejor de si mismo, pero también a exigir la misma entrega por parte de sus músicos, lo cual le provocará no pocos quebraderos de cabeza ya que Wolf tendrá que luchar con los baches propios de la carretera (no exentos de alcohol, drogas y juego), fuente de problemas, conflictos e incluso peleas que le hacen ganarse fama de huraño y autoritario en nombre de la profesionalidad y el trabajo bien hecho, traducido en cada una de sus intensas actuaciones.

En 1956 Wolf edita "Smokestack lightin'", ya con Sumlin metido de lleno en la banda y la participación ocasional de Willie Johnson tan importante en los primeros años de Wolf. "Smokestack lightin'" posee un único e hipnótico acorde que se repite hasta el final, y evoca la vida en las áridas tierras de Mississippi, cuando lo único que se podía hacer era sentarse en el campo y ver pasar los trenes de noche. El tema está acreditado al propio Wolf, pero está inspirado en una vieja canción de Charley Patton que ambos tocaban en 1930 ("Moon going down"). Sea como fuere, "Smokestack lightin'" se ha convertido en uno de los pilares del Blues eléctrico que ha sido tocado y vampirizado hasta la saciedad, en especial por los grupos de Rhythm and Blues británicos que irrumpieron con gran éxito a mediados de los 60, pero sin alcanzar jamás la cota de intensidad y misterio del original. "Smokestack lighting'" fue un gran éxito en el mercado de la "race music", y con el tiempo Wolf repitió la formula en otros temas de similar estructura como "Mr. Airplane man" (1959), "I asked for water" (1956) más ralentizada e hipnótica si cabe, o la pre-secuela "Moanin' at midnight" de 1951.

Como se ha dicho antes, "Evil" marca el inicio de una ristra de memorables temas compuestos por Willie Dixon, que a partir de 1960 hasta 1963 van a formar prácticamente la totalidad de las grabaciones de Wolf. Escuchar hoy día estas canciones hacen que el corazón se acelere, las pupilas se dilaten, y tú cabeza explote. El estilo de Hubert Sumlin a estas alturas está perfectamente consolidado, su guitarra suena afilada como un cuchillo cortante, y escuece como un látigo golpeando tus sagradas partes. En definitiva Wolf sabe como piensa Sumlin, y viceversa, hay compenetración absoluta, y esto se traduce en una forma de tocar el Blues de una manera totalmente única e innovadora, y sin tan siquiera saberlo cambiarían la forma de entender el Blues, y de la música popular en general. Con estas grabaciones ya nada sería lo mismo.

A este período pertenecen también "Down in the botton" y "The red rooster", esta última de nuevo otra puesta al día de otro tema de Patton. "Down in the Bottom" posee un riff de guitarra supremo que te lanza directo a la juerga de la barra de algún bar, "The red rooster" es más pausada e hipnótica, pero también más incisiva y sexual, una joya sin adulterar que constituye una de las mejores interpretaciones de Wolf. Por cierto en estos dos temas el propio Wolf toca la guitarra Slide con aplomo y sabiduría. En cuanto a la faceta de guitarrista de Wolf, siempre ha estado ausente o en un discreto segundo plano, siendo conocida más la de armonicista, pero según decía el propio Willie Johnson, era un magnífico guitarrista que no necesitaba a nadie. Otras joyas del período Dixon son "Shake for me", "You'll be mine", "I ain't supertitious", "Tail dragger", "Three hundred pounds of joy", o las no menos incendiarias "Built for comfort" o "Do the do", está ultima menos conocida pero un favorito personal, por su título capicúa, por su indecente saxo, y por la personalidad que imprime Wolf en el tema.

Como se dijo más arriba, la asociación entre Dixon y Wolf llega a su fin en favor de tocar sus propios temas. Si bien no son tan explosivos como los de Dixon, sigue manteniendo el nervio y la tensión. Además, como soporte a la labor única de Sumlin como guitarrista, en esta época aparece la figura de otro guitarrista clásico del Blues de Chicago, ni más ni menos que Buddy Guy. Juntos graban otro de los puntos álgidos en la carrera de Wolf, "Killing floor", otra joya al que el calificativo de obra maestra se le queda corto, la voz suena más segura que nunca, y el muro de guitarras golpea sin piedad con ese sonido nítido y cortante, y de fondo se acoplan unos saxos que añade consistencia a semejante barbaridad.

LLegamos a 1970 y en ese año Wolf sufre un accidente de automóvil que provoca que sus riñones se dañen todavía más, aún así ese mismo año vuela a Inglaterra para grabar las "London Sessions" con músicos de Rhythm and Blues británicos. Con la ayuda de Steve Winwood, Eric Clapton y algunos de los Rolling Stones, re graban algunos de sus temas clásicos, pero sin alcanzar el incendio que provocan los originales, de todos modos sigue siendo un disco de Howlin' Wolf con la garantía de calidad y diversión que supone.
Transcurren los años y a pesar de la precaria salud de Wolf, este sigue grabando y actuando como si nada, pero en 1976 tras complicaciones renales finalmente fallece. Tan solo un mes antes había ofrecido uno de sus memorables conciertos, como si tal cosa, pero incluso los más grandes tampoco salen vivos de este agujero. Ley de vida.
Algunas interpretaciones memorables del cancionero de Wolf:
Link Wray, "Hidden charms", el auténtico psicópata de la distorsión, pisándole los talones a Hubert Sumlin.
Q65, "Down in the bottom", versión acelerada que acerca el Rhythm and Blues al concepto Punk de los 70.
Dion, "Spoonful", el dios del Doo Wop neoyorkino lo estaba pasando mal con sus problemas con la heroína, y está versión habla por si sola. Larga vida a Dion DiMucci.
The Rolling Stones, "Little Red Rooster", como siempre geniales (bueno, casi siempre), y la slide de Brian Jones echa chispas.
Little Feat, "Forty Four Blues/How many more years", increíble homenaje de una de las bandas sureñas más conmovedoras de los 70.
The Rationals, "Smokestack lightin'", para muchos una banda menor, para mi increíbles. Larga vida a Scott Morgan.
The Gun Club, "Cool drink of water", está basada en "I asked for water", y forma parte de "Fire of love", todo un tratado sobre Blues rural, Punk, magia negra, muerte y pecado.
Eilen Jewell, "How Long", vale no es de Wolf y la dulce voz de esta chica se aleja totalmente del estilo, pero aquí hay más groove y Howlin' Wolf que en toda la discografía de Tom Waits.
De regalo un vídeo con Wolf actuando ante unos emocionados Rolling Stones allá por 1965 cuando eran unos jóvenes fanáticos del Blues.
viernes, 29 de julio de 2011
Howlin' Wolf, primera parte


En cuanto a su música, Muddy Waters sonaba elegante, desprendía clase en cada nota y estrofa que cantaba, y era, por así decirlo, más comedido y moderado en sus formas. En cambio Howlin' Wolf era como una olla a presión a punto de explotar, su estilo era sudoroso, sexual y violento, tan imponente como sus casi dos metros de estatura y 130 kilos de peso, pero por encima destacaba su aplastante voz gutural, áspera como una lija, llena d
e misterio y emoción al mismo tiempo. Pero empecemos desde el principio, Howlin' Wolf nació como Chester Arthur Burnette en 1910 en West Point, Mississippi. Desde muy joven le llaman Howlin' Wolf por el viejo cuento de Caperucita Roja y el lobo que le contaba su abuelo. Sin tiempo para ir a la escuela, el joven Wolf trabaja las áridas plantaciones a muy temprana edad, pero al poco tiempo se niega a hacerlo y provoca las iras de su madre, de estricta moral religiosa, y le echa de casa. Sin un lugar a donde ir, Wolf se traslada a casa de su tío, pero la cosa no mejora, es maltratado continuamente hasta que un día abandona el nuevo hogar; camina más de 70 millas hasta llegar a casa de su padre donde al fin encuentra cierta tranquilidad. La figura paterna tendrá gran importancia en el joven Wolf, entre otras cosas, cuando cumple 18 años le regala su primera guitarra.






Paralelamente, Sam Philips en esta época, antes de fundar su propio sello Sun Records, además de trabajar con los hermanos Bihari, también lo hace con los hermanos Chess de Chicago, que tenían un sello discográfico llamado Aristocrat, al que rebautizan Chess Records. Esto hace que Sam Philips ofrezca las grabaciones de Wolf a las dos discográficas, tanto a RPM como a Chess, esto desemboca en litigios judiciales entre los dos sellos por los derechos de autor de Wolf. Finalmente, tras duras negociaciones, Wolf es cedido a la Chess en 1953, hecho que pone fin a la primera etapa de nuestro hombre, que es la desarrollada en Memphis junto a Sam Philips y Ike
Turner, y según el propio Philips hablando de Wolf, es el autor más excitante con el que trabajaría, y para su desgracia ve como abandona Memphis para trasladarse al Down South de Chicago, donde los hermanos Chess tienen su propio estudio de grabación en el legendario número 2020 de la Avenida South Michigan. Algunos temas de este periodo son: "Ridin' in the moonlight", "How many more years", "Crying at the daybreak", "Howlin' Wolf Boogie" o "Mr. Highway man" por poner unos ejemplos. Todos ellos son escalofriantes ejercicios de Blues minimalista, algunos con apenas un par de notas que se repiten como un extraño mantra que libera el espíritu a base de electricidad, con una banda difícil de superar; se dice que en esa época, únicamente la banda de Muddy Waters (la clásica formación con Little Walter, Jimmy Rogers y Otis Spann) era la única que podía hacerle frente. Sea como fuere destaca por encima de todo la gutural y ronca voz de Howlin' Wolf, que hace de cada interpretación, una pieza única, directa e inflamable, como un pequeño incendio, siempre con la tensión de una cuerda apunto de romperse, o la vena del cuello apunto de reventar. Aún así, como se verá en la siguiente parte, lo mejor estaría aún por llegar.

"Howlin' Wolf Boogie" de 1951, siempre adelantado a su tiempo
martes, 19 de julio de 2011
Rockpile & Billy Bremner

Antes de presentar al bueno de Billy Bremner y Rockpile, conviene echar un vistazo al siguiente vídeo puesto a máximo volumen. Cuerpo y espíritu lo agradecerán.
Si no has sentido un estremecimiento, un retortijón de Rock and Roll en las tripas o un vuelco al corazón, quizás deberías hacértelo mirar, nada mejor para arreglarlo que una buena dosis de discos de Chuck Berry, Everly Brothers o Buddy Holly, pero empujados por la energía del mejor Pub-Rock, y a ser posible con una buena compañía y cerveza en abundancia.

Rockpile hicieron feliz a su público entre 1976 y 1981, hasta que determinados factores pusieron punto final a su memorable existencia. Se dice que cuando el grupo actuaba o grababa como banda de acompañamiento para otros, todo iba como la seda, en cambio, cuando grabaron sus canciones, empezaron a salir a la superficie tensiones y rencillas que desembocaron en la posterior separación del grupo.

La citada "I can't name them all" conecta inmediatamente con los irresistibles Rockpile, una canción que te atrapa gracias a su bonito riff inicial, posee un dinámico ritmo que te rodea sin escapatoria, para luego abrazarte y convencerte con ese demoledor estribillo y coros inolvidables, economizando los solos de la guitarra en favor del desarrollo completo de la canción. Casi cuatro minutos de pop clásico cortado por el patrón de delicioso Rock and Roll, que recupera como nadie el espíritu de Rockpile en su mejor época, aún sabiendo que todas sus épocas fueron buenas.
"You're like a good book you can't put down
you're like a five star movie in quadraphonic sound
like a classic car or a Harley D, like a number one record or a symphony
you're like a bouquet of roses smellin' so fine
you're like a young princess lookin' so devine
image Cinderella, the belle of the ball
you're like so many good things - I can't name them all"
martes, 12 de julio de 2011
Mavis Staples

En la segunda mitad de los 60 dicho Movimiento por los Derechos Civiles estaba en pleno auge, y propicia que la estancia de los Staples Singers en Stax records esté plagada de grandes discos que les catapulta directamente al estrellato y éxito masivo. Posteriormente, tras la banca rota de la Stax a mediados de los 70, debido a la megalomanía de un ambicioso Al Bell, los Staples van de discográfica en discográfica, pero ya no es lo mismo. Atrás quedan los días de gloria del pasado y el grupo se separa finalmente a mediados de los 80.


Afortunadamente dentro de muy poco la tendremos por España, y para mí es uno de los conciertos más esperados. No siempre se tiene la suerte de ver a una leyenda viva de la música popular, y encima si el recinto es de mediano aforo, lejos de la frialdad de pabellones, la cosa promete mucho más, y más cuando esta mujer de 72 años está en uno de sus mejores momentos artísticos.
El calendario de las fechas españolas lo podéis encontrar Aquí
martes, 5 de julio de 2011
Hoodoo Gurus

Hoodoo Gurus son una banda a la que siempre he tenido gran respeto; hace muchos años un gran amigo me descubrió al grupo gracias a una canción incluida en una vieja cinta recopilatoria (que aún conservo con gran cariño). Desde la pletina sonaba un ritmo saltarín que recordaba el dulce balanceo de la Motown, e instantes después explotaba en un insistente estribillo que gritaba "I want you back", toda una declaración de principios Pop, mezclada con contundentes zarpazos de Garage Psicodélico y Hard Rock, que te recordaban que estabas vivo.

Los Hoodoo Gurus con sus canciones nos dejan claro que se puede conciliar música para todos los públicos, de esa que gusta a casi todos y además vende, con una calidad incuestionable, pero sin perder la identidad artística. En el pasado ya lo consiguieron los Beatles o Fats Domino, por poner dos ejemplos de incalculable valor musical y social, y en la actualidad pienso en la deliciosa última película de Woody Allen, que podría estar en coordenadas similares pero trasladadas al cine.
Con el paso del tiempo a los Hoodoo Gurus nos les ha ido nada mal. Aunque creo que merecen mucho más éxito, han sido reconocidos en su país de origen (Australia) con premios, éxitos moderados, actuaciones multitudinarias, e incluso han arrimado el hocico de la fama a Estados Unidos, Inglaterra o Brasil. De todas formas gracias a ese discreto éxito aún se les puede ver por aquí en salas de mediano aforo, como por ejemplo el año pasado en el escenario de un pueblecito de Cantabria donde ofrecieron un concierto inolvidable, con un Brad Shepherd pletórico y recién recuperado de un cáncer.
Los Gurus a lo largo de 30 años han ido creciendo y haciéndose con una discografía intachable. Si bien unas veces han estado más atinados que otras, recapitulando algunos de sus trabajos, no tienen disco malo, y en cada uno asoman perlas de Pop de toda la vida, unas veces más suaves, otras más rockeras; prueban distintos estilos y géneros, da igual Psicodelia, Garage, Punk, Rhythm and Blues, Country o una de esas canciones Pop que hacen escapar lagrimones, siempre llevan la canción a su terreno con incuestionable solvencia, y lo mejor de todo es que aún siguen en activo sin bajar la guardia y son capaces de ofrecernos sus brillantes canciones, esperemos que por mucho tiempo.
Espero que disfrutéis "Waking up tired", además siempre me ha hecho mucha gracia este vídeo
viernes, 25 de marzo de 2011
The Victims, "Television Addict"

The Victims nacieron de las cenizas de un grupo llamado The Geeks, donde tocaban James Baker y Rudof V. Mención aparte merece James Baker, batería poseído por los demonios del Punk y Garage, que formó parte en la génesis de grupos como The Scientists, The Hoodoo Gurus o The Beasts of Bourbon, todos de gran calado en este blog. El tercer miembro en discordia es Dave Faulkner, quizás no muy conocido por el nombre, pero si hablamos de los antes citados Hoodoo Gurus quizás suene algo más. Por cierto, da gusto ver que los Gurus gozan de buena salud, aún capaces de publicar excelentes discos y ofrecer intensos conciertos.
En su momento The Victims grabaron unicamente tres singles hijos de su tiempo, con sabor a Sex Pistols, Modern Lovers, Ramones o Heartbreakers. Con apenas 20 años, sus limitaciones técnicas las suplían con entusiasmo, agallas y energía, pero sobre todo con excelentes temas que aún siguen sonando en las catacumbas del Underground australiano. "Television Addict" es su tema más conocido gracias a versiones que han hecho grupos como Hellacopters o los japoneses Teengenerate, pero sobre todo en el año 2002 fue incluido en el recopilatorio "Do the Pop!", mayúsculo doble CD que recoge lo mejor del período australiano 76 - 87.

"Leí las noticia el otro día
Sobre un niño que tiró
Salió y disparó a alguien
Al igual que en la serie Kojak"
El sonido es perfecto, amateur, como una herida en carne viva, de intensa y adictiva fuerza bruta, que esta vez no habla de amor, ni de cambiar el mundo, habla del día a día, con toda esa violencia que se cuela en los hogares a través de los rayos catódicos de la televisión, que nos promete evasión y diversión a raudales, pero lo único que ofrece son estúpidos debates y "talk shows" con vocación para sacar las entrañas de todo el que se ponga a tiro y generar agresividad.
"Los abogados dijeron que el chico estaba enfermo
Culparon a la calificación de su delito
Dijeron que mucho sexo y demasiada violencia
La caja tonta echó a perder su mente tonta"
Suenan los insistentes coros: "Adicto a la televisión, adicto a la televisión, adicto a la televisión ...", la canción transcurre inmutable, nerviosa y cortante como una cuchilla; forjada del mejor material del que está hecho el auténtico Rock and Roll: palpitante batería, urgente y venenoso "riff" de guitarra y una excelente letra tan vigente en 1978 (fecha de edición del tema) como en el presente 2011.
"Tú y yo pasamos nuestro tiempo
En frente de esta ventana al mundo
El hecho de estar viendo a Dinah Shore
No significa que necesite una operación de cirugía
No significa que mi mente se haya invertido
No significa nada"
Aunque en el fondo la culpa de nuestras miserias no es de la tele, ni de los bancos, ni de los gobiernos, sino de nosotros mismos, habitantes de un mundo cada vez más enfermo que va demasiado deprisa, en una carrera humana donde todo vale, cada uno quiere llegar el primero para conseguir éxito, dinero y posición, sin importar pisar al débil, y en el medio la televisión, sedante de manipulación colectiva para calmar el vacío interior.
The Victims se separaron en 1979 para abrir la puerta a proyectos más importantes por parte de sus integrantes, pero este "Television Addict" quedará para la posteridad.
jueves, 17 de marzo de 2011
Poptopia


El incipiente Power-Pop de principios de los 70, al igual que el Glam y el Proto-Punk, surgió como una alternativa al Rock sinfónico de Yes, Genesis o King Crimson, pero a diferencia de las hordas Glam, los nuevos grupos de Pop no lucían tan emperifollados ni provocadoramente suburbiales, su estética era elegante y sobre todo reivindicaban a los grandes grupos de Pop de los 60 antes citados, pero no de un modo revisionista, el influjo de grupos como los Who claramente estaba presente, pero sus canciones tenían personalidad propia, como un hermoso monstruo de Frankestein hecho de las ricas piezas de la música popular: Country, Folk, Blues, Soul o Rock and Roll.


Pezband se movieron por Chicago hacia 1977, en la época dorada del imperdible, publicaron "Baby it's cold outside", auténtica maravilla que no debería faltar en cualquier cassette de "Rock and Roll romántico" que se precie, aquél que grabas a un amigo o a una chica para decirle lo que no puedes con palabras. Escuchando esta canción de nuevo sigo sin comprender por qué la música comercial no va en esa dirección. The Rubinoos en 1978 crearon un hit en potencia, de esos para bailar hasta el amanecer con las cervezas en alto al ritmo de "I wanna be your boyfriend", un magistral guiño a los Ramones y al "Get off my cloud" de los Rolling.

Paul Collins puede estar orgulloso, en 1979 junto con su banda The Beat, publicó uno de los discos más excitantes de la época, canciones que llevaban marcada la melodía a fuego en sus surcos, sin una sola mala y todas claras candidatas a singles. "Rock and Roll girl" fue la más popular, pero se podría elegir cualquiera al azar y dar en la diana. En un mundo justo Paul estaría viviendo en el acomodado olimpo del Rock and Roll, pero en su lugar sigue grabando y ofreciendo sudorosos conciertos como solo él sabe hacerlo.
Por último, me gustaría recordar a los The Crépitos, un grupo de León que durante los 90 predicó en el desierto. Entre tanta música indie-pop eran prácticamente los únicos, un auténtico soplo de aire fresco, que tan pronto tocaban temas de Flamin' Groovies o Tom Pety, como reivindicaban a los Sex Pistols o Deep Purple, pero sobre todo componían canciones tan bonitas como "3 o'clock".
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