martes, 19 de julio de 2011

Rockpile & Billy Bremner


Antes de presentar al bueno de Billy Bremner y Rockpile, conviene echar un vistazo al siguiente vídeo puesto a máximo volumen. Cuerpo y espíritu lo agradecerán.



Si no has sentido un estremecimiento, un retortijón de Rock and Roll en las tripas o un vuelco al corazón, quizás deberías hacértelo mirar, nada mejor para arreglarlo que una buena dosis de discos de Chuck Berry, Everly Brothers o Buddy Holly, pero empujados por la energía del mejor Pub-Rock, y a ser posible con una buena compañía y cerveza en abundancia.

A todo esto, el grupo del vídeo es Rockpile, grupo inglés al que todos los superlativos se quedan cortos, lo tenían todo: energía, actitud rockera, grandes canciones y tocaban como nadie sus instrumentos. Grabaron un único LP (sin contar los discos de Dave Edmunds y Nick Lowe donde colaboraron), ¡pero vaya LP!, todo un desinhibido tratado de como sentir y tocar Rock and Roll, pero con la sensibilidad Pop de los mejores maestros de los años 50 y el Mersey Beat de los 60. "Seconds of Pleasure" (así se llama su único trabajo) lo puedes regalar en bodas, bautizos y funerales, que siempre triunfarás. ¿Quién se puede resistir a temazos como "Heart", "A knife and fork" o "When i write a book"? Descubrir este disco, sencillamente, es como volver a nacer.

Rockpile hicieron feliz a su público entre 1976 y 1981, hasta que determinados factores pusieron punto final a su memorable existencia. Se dice que cuando el grupo actuaba o grababa como banda de acompañamiento para otros, todo iba como la seda, en cambio, cuando grabaron sus canciones, empezaron a salir a la superficie tensiones y rencillas que desembocaron en la posterior separación del grupo.

Rockpile lo formaron Dave Edmunds, tremendo guitarrista, excelente cantante y autor de algunos discos imborrables. Nick Lowe, bajista y mejor cantante, dueño de una discografía intachable, empezando por Brinsley Schwarz hasta llegar a la exquisita madurez actual, con discos incluso mejores que sus clásicos de los 70. Terry Williams, siempre en el segundo plano de la batería, fue el encargado de inyectar todo el nervio que el grupo necesitaba. Tiempo después los Dire Straits le secuestraron. Por último, aunque no menos importante, está Billy Bremner, guitarrista, cantante y versátil músico que ha trabajado para un montón de gente: Pretenders, Carlene Carter, Phil Everly, y muchos más. Cuando su ocupada agenda se lo permite, graba algunos discos a su nombre. El último hasta la fecha es "No ifs, buts, maybes" del 2007. Aunque no es un disco perfecto, posee por lo menos media docena de temas ampliamente disfrutables, entre los cuales, a mi parecer, hay dos que son auténticas maravillas: "Where we still call home" y sobre todo "I can't name them all".

La citada "I can't name them all" conecta inmediatamente con los irresistibles Rockpile, una canción que te atrapa gracias a su bonito riff inicial, posee un dinámico ritmo que te rodea sin escapatoria, para luego abrazarte y convencerte con ese demoledor estribillo y coros inolvidables, economizando los solos de la guitarra en favor del desarrollo completo de la canción. Casi cuatro minutos de pop clásico cortado por el patrón de delicioso Rock and Roll, que recupera como nadie el espíritu de Rockpile en su mejor época, aún sabiendo que todas sus épocas fueron buenas.



"You're like a good book you can't put down
you're like a five star movie in quadraphonic sound
like a classic car or a Harley D, like a number one record or a symphony
you're like a bouquet of roses smellin' so fine
you're like a young princess lookin' so devine
image Cinderella, the belle of the ball
you're like so many good things - I can't name them all"

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