El sonido hecho en Australia significa mucho más que típicos grupos como Bee Gees, The Easybeats, o los siempre necesarios AC/DC, todos ellos excelentes y profetas en su tierra, pero si buceamos un poco más, también tuvo lugar otra escena alternativa cuyos grupos protagonistas fueron artífices de los cimientos de un sonido único y sin domesticar, que desde mediados de los setenta hasta finales de los ochenta tomaron la tierra de los canguros a ritmo de aplastantes riffs y nítidas melodías por igual, y asombraron a una legión de fieles fans de todo el mundo.
La base de estas bandas australianas se asentaba en una insana obsesión por el impactante sonido de Detroit de finales de los 60, mirándose en el espejo de Iggy and the Stooges por un lado, pero por otro prestando atención a las tintineantes melodías Pop de The Byrds, el Garage-Punk de los 60, el Rock and Roll clásico de Creedence Clearwater Revival, y los Flamin' Groovies como nexo de unión entre el Rock de alto voltaje y la perfecta canción Pop. Tampoco se olvidaron de lo que estaba sucediendo en el Nueva York de los 70, aquella explosión que iniciaron the New York Dolls, y continuaron Ramones, Johnny Thunders and The Heartbreakers, Richard Hell o Television.
Casi ninguno de estos anómalos grupos llegaron a despuntar comercialmente, y tampoco fueron muy comprendidos en su época. Por ejemplo The Saints, que se desenvolvieron en la escena Punk de los 70, a partir de su segundo disco, sus arreglos de Soul desconcertaron a los hijos del imperdible, y rápido les dieron la espalda. Posteriormente, con el advenimiento del "Grunge" en los 90 y la "invasión" escandinava de principios de los 2000, la escena "Aussie" de los 70's y 80's obtuvo algo más de reconocimiento, no así en la época actual, donde las efímeras modas dictan tendencias bastante alejadas de la intensidad de los australianos, quedando relegados a simple anécdota de su tiempo; craso error.
El caso es que en el 2002, salía un doble CD que recopilaba casi lo más grande que circuló en Australia durante el período 1976-1987, y supone un documento histórico que resume un trozo fundamental de flamígero Rock and Roll hecho en un continente aislado del resto del mundo, pero con unos grupos que fueron capaces de asimilar sus influencias musicales de forma única, que forjaron su propia personalidad con una columna vertebral repleta de grandes canciones. "Do the Pop" (así se llama el CD) recoge 50 temas hechos por distintos grupos, muchos inclasificables, pero todos ellos unidos bajo el denominador común de un sonido "garage" muy personal y lejos de tópicas tendencias revivalistas. El disco en su conjunto constituye una unidad que capta el espíritu y sonido de una época irrepetible, cuyas bandas estaban más por la música que por la pasta, y se las podía encontrar tocando en cualquier garito de ciudades como Sydney, Perth, Brisbane o Melbourne, creando su personal escena "Pub-Rock", pero mucho más anfetamínica.
En "Do the Pop" se puede encontrar clásicos conocidos como The Saints, donde no puede faltar la cortante "I'm stranded", himno PUNK con mayúsculas; o los necesarios Radio Birdman, enérgicos, elegantes y siempre únicos, gracias a temas como "Crying sun", favorito personal, melódico y rítmico. Los incombustibles Hoodoo Gurus atacan con "Be my guru" repleta de distorsión pasada por fuzz. Y como no, tampoco podían faltar The Scientists como representantes del sonido "aussie", ya sea en sus orígenes más Power-Pop ("Last night"), o su evolución posterior a un sonido más pantanoso y denso, como es el caso de "Swampland" con sus riffs y duelos de guitarras asesinas. Lime Spiders desfilan con su garage clásico deudor de Sonics y Alice Cooper, y con "Slave girl" alcanzan cotas record de bestialidad. The Fun Things asoman la cabeza con "Savage", una auténtica declaración de principios rockeros del vive deprisa sin importar las consecuencias. The Sunnyboys sacan el lado más folk-rock, pero sin perder de vista las enérgicas guitarras, al igual que la maravillosa saga formada por Stems o Someloves, unida por Dom Mariani, artesano de canciones no valorado lo suficiente. Pero jamás se completaría el rompecabezas del Rock and Roll australiano sin Rob Younger, para mí el auténtico catalizador del sonido, ya sea como productor o integrante de un puñado de grandes bandas como los imprescindibles The New Christs, que su obra constituye un auténtico libro abierto de Garage y Punk de autor, como bien prueba "Like a curse", desde mi punto de vista uno de los mejores temas australianos de todos los tiempos.
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Conozco este doble cedé, pero nunca lo he escuchado. El rock australiano es de una riqueza tremenda y de una densidad dramática que debe dar el territorio (y eso que el criterio geográfico, en general, no es muy de fiar). Coincido con tu excelente análisis y en tu admiración por los New Christs. Otro grupo de aquel país que adoro son los Hard-Ons, especialmente en su segunda etapa que, en lo que va de siglo, ha dejado unos trabajos extraordinarios.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias Gonzalo,
ResponderEliminarexcelentes los Hard-Ons, y pioneros en aquello que llamaron "Punk-Pop", pero como suele pasar con todas estas maravillosas bandas, con una vuelta más de tuerca en riqueza y personalidad.
Gonzalo, si puedes hazte con este doble CD, hay muchas cosas conocidas (también están Hard-ons) y desconocidas, pero forma en su conjutno una unidad que se disfruta del tirón de principio a fin. Mención aparte merece la presentación del disco, con un libreto de lo más jugoso con información de cada tema.
un abrazo!
Gran doble, si señor. En tiempos del Audiogalaxy me hice amigüito de un australiano que me lo mandó por correo, el tio...
ResponderEliminarSaludos.
Troy, pues ese amigo australiano buen regalo te hizo.
ResponderEliminarSaludos