martes, 10 de julio de 2012

Smokey Robinson and The Miracles

Al igual que Mandela afirmaba que hay una única raza, la humana, la música de William "Smokey" Robinson contiene un sentido de universalidad similar que trasciende; y no es que sus discos lleven mensajes indescifrables, ni sus canciones guarden pistas ocultas, todo lo contrario, Smokey Robinson & The Miracles poseían la lúdica virtud de llegar a un público amplio, independientemente de colores y generaciones, y con un sentido del negocio repleto de dignidad que fue proyectado desde una coqueta casita en el corazón de Detroit desde finales de los 50: ni más ni menos que el hogar de la Tamla-Motown.


El modelo de negocio familiar de la Tamla produjo una ristra de clásicos incuestionables dentro de la música popular:  The Temptations, Stevie Wonder, Marvin Gaye o The Supremes, todos ellos desde sus inicios debieron mucho a Smokey Robinson, ya sea a nivel de composiciones, estilo o inspiración artística. En algunos discos de esos autores citados, se encuentran alojadas apabullantes joyas de nuestro héroe, unas éxitos absolutos y otras más ocultas, pero manteniendo casi siempre el nivel de calidad, que llevó a Smokey a convertirse junto con el trío de ases Holland-Dozier-Holland en una auténtica máquina de crear éxitos y clásicos.

Paralelamente a sus trabajos de composición, Smokey con su grupo The Miracles, desde el principio ascendieron a lo más alto del firmamento Pop con éxitos que se situaban entre el Doo Wop, Soul y Rhythm and Blues, pero aderezados con sofisticados arreglos de cuerdas y vientos que convertían unas cancioncillas de sueños de amor adolescente en memorables sinfonías de música Pop, frescas y directas, arropadas por el grupo de la casa (The Funk Brothers), que encajaron como un guante con su época (los 60), y atraían por igual a público blanco y negro, independientemente de la división de listas de éxitos y razas que sufrían los USA.

Bucear en la discografía de Smokey Robinson and The Miracles es una auténtica gozada que se reproduce una y otra vez cuando suena alguno de sus discos, y con el tiempo se aprende a valorar más esas canciones al descubrir nuevos matices que tocan terminaciones nerviosas que creías inexistentes, pero que al igual que la música de los Miracles están ahí para demostrarte que estás vivo, animarte en los momentos flojos, o impulsarte a compartir las alegrías en un arranque de euforia colectiva que nace de la propia magia de la música. Unas veces más bailables, otras más tiernas o sofisticadas, el cancionero de Smokey Robinson, si nos limitamos a The Miracles, es grandioso: "Shop around", "You've got really got a hold on me", "The tracks of my tears" o "The tears of a clown" son ejemplos conocidísimos, pero su "cara B", es decir la menos conocida, sigue siendo excepcional, y en cada canción es una placer dejarse arrastrar por esos deliciosos juegos de voces, y la sensible y sentida voz principal del propio Smokey.

En definitiva, no añado nada nuevo cuando digo que a lo largo de los años Smokey & The Miracles han sido una inagotable fuente de inspiración. Sin ir más lejos, en Inglaterra influyeron decisivamente a una legión de grupos de los 60 que cambiarían el curso de la música Pop y Rock and Roll: The Zombies, The Spencer Davis Group, Johnny Kidd y sus Pirates, e incluso The Beatles hicieron grandes versiones en sus discos. También dejaron huella en la música Soul del sur de USA, como en sus compañeros de la Stax en Memphis o Aretha Franklin, sin olvidar a algunos autores de New Wave o Punk, más ajenos estilísticamente pero cubiertos bajo el paraguas de la mejor música Pop con raíces Rhythm and Blues.

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